MADRID. Los padres de Diego, el niño de 11 años que se suicidó en Leganés tras un supuesto caso de acoso escolar, presentarán ante el juez que ha reabierto el caso 40 folios de mensajes de teléfono intercambiados por los compañeros de su hijo que podrían aportar algún dato sobre lo sucedido.
Así lo han confirmado fuentes de la familia, que aseguran que los padres accedieron a los mensajes porque se los pasó el padre de uno de los niños que participaba en el chat de Whatsapp.
Los padres de Diego entregarán estos folios en el Juzgado de Instrucción número 1 de Leganés, donde se ha reabierto la causa, por si pudieran servir para esclarecer los hechos.
El Juzgado decidió el pasado viernes reabrir el caso, que se había archivado, al aparecer un testigo que afirma tener información sobre el caso.
Diego se suicidó en octubre de 2015 y el juez archivó la causa al considerar que no existían indicios suficientes de que se hubiera cometido un delito, pero sus padres solicitaron la reapertura de la causa y la investigación no solo de un posible acoso escolar en el colegio Nuestra Señora de los Ángeles de Madrid (donde estudiaba), sino también de una posible agresión sexual.
En el nuevo auto, el juez insiste en que no hay indicios suficientes para citar a los profesores de Diego como investigados, pero reconoce que, al haber aparecido un testigo que manifiesta ser conocedor de nuevos hechos que pudieran ayudar a esclarecer la investigación, es necesario continuar la instrucción de la causa para comprobar si esas afirmaciones son veraces.