Espontáneo, inesperado incluso, y sencillo, alejado del boato que ha recubierto a los altos estamentos de la Iglesia el Papa Francisco ha marcado un camino propio desde que inició su pontificado. Mil días y pico después, algunas de sus frases siguen haciendo tambalear conciencias y animando a la reflexión. Su intención en todo este tiempo no ha sido cambiar la doctrina sino ponerla al día, rejuvenecerla, actualizarla (y no porque un tuit del pontífice [@pontifex] sea divulgado casi diez veces más que uno del presidente estadounidense Barack Obama, que también) apoyándose en la misericordia.

Ya en su primer encuentro con periodistas definió con claridad cuál era su deseo para la Iglesia que encabeza: “Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres”. Desde aquel 16 de marzo de 2013, sus mensajes cercanos y directos, y sus recados, consejos, guiños y recordatorios a la clase dirigente y poderosa -pero también a la comunidad católica- han dado la vuelta al mundo; tanto que hasta la revista National Geographic le dedicó su portada en agosto tras la publicación de su segunda encíclica (Laudatio Sí) en la que aborda la ecología humana y la defensa de la naturaleza, de la vida animal y de las reformas energéticas, desde una óptica religiosa.

¿Cambiará el Papa el Vaticano o el Vaticano cambiará al Papa? Esa es una de las preguntas que se hacían en esa prestigiosa publicación mensual. Aún es muy pronto para ofrecer una respuesta, pero lo que sí ha quedado patente es el empeño del pontífice por proteger y fortalecer la labor de catequesis a través de sermones que, en numerosas ocasiones, han sido entendidos como regañinas. Siempre, eso sí, apegado al catecismo y enarbolando el perdón, la clemencia, la generosidad y la compasión como pilares de la Iglesia, también para el siglo XXI.

Así ocurrió cuando habló sobre el aborto y el perdón; y también sobre los divorciados y el sacramento de la comunión. En ambos casos, y pese a lo que pueda parecer, el Papa Francisco (que este jueves ha cumplido 79 años) no se ha alejado de la doctrina sino que ha puesto el acento en valores como la solidaridad, la ayuda y la comunidad. “El perdón de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido, sobre todo cuando con corazón sincero se acerca al sacramento de la confesión para obtener la reconciliación con el Padre”, resolvió en aquellas ocasiones.

Sólo de este modo, devolviendo al Evangelio su validez para atender y entender la realidad actual, considera el Papa que será posible -como ya dijo- reposicionar al cristianismo en un mundo globalizado e interconectado. “La Iglesia no crece por proselitismo sino por atracción”, enfatizó a los pocos meses de su elección. Desde entonces, sus palabras y sus compromisos con la sociedad han sido evidentes, tal y como reflejan algunas de sus pronunciamientos más reproducidos y retuiteados a lo largo de estos 32 meses de pontificado.

Francisco ha entrado en la historia de la Iglesia marcando el récord de santos canonizados: 833 en total. De este modo, ha superado el récord establecido por Juan Pablo II, con 482 santos canonizados a lo largo de sus 26 años de pontificado. El récord del Pontífice argentino es doble ya que los primeros 815 santos los canonizó en una sola ceremonia, en la plaza de San Pedro el 12 de mayo de 2013.

En estos 32 meses de pontificado, el Papa ha visitado Lampedusa, Brasil, Jordania, Israel, Palestina, Corea del Sur, Turquía, Albania, Sarajevo, Sri Lanka, Filipinas, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Cuba y Estados Unidos, Kenia, Uganda y República Centroafricana así como Estrasburgo.

El Papa se ha convertido en el primer pontífice en hablar ante el Congreso de Estados Unidos. El evento más multitudinario fue la misa que celebró el pasado 18 de enero en Manila (Filipinas) a la que acudieron más de seis millones de personas, lo que además supone un récord en la historia de la Iglesia católica.

Reformas. El Papa Francisco tomó las primeras medidas para reformar la Curia romana y creó un grupo de nueve cardenales que le asesoran en el Gobierno del Vaticano y en la limpieza de las finanzas de la Santa Sede. Además, el Papa puso en marcha una Comisión específica para la protección de la infancia frente a los abusos en las que incluyó a dos víctimas de abusos

sexuales por parte de sacerdotes.

Descentralización. Además, el Papa está llevando a cabo un proceso de descentralización en el gobierno vaticano que externalice algunas competencias a las iglesias locales. En el ámbito económico, ha creado un Consejo y una Secretaría de Estado y ha pedido un análisis a una consultoría externa para mejorar la gestión de los órganos administrativos y económicos de la Santa Sede.

Simplificación. El grupo de nueve prelados que aconseja al Papa en la reforma de la Curia y el gobierno de la Iglesia, perfiló en su última reunión las dos grandes líneas que definirán la simplificación de la Curia vaticana y apostó por reunificar los doce Consejos Pontificios que existen en la actualidad en sólo dos órganos: Laicos-Familia-Vida y Caridad-Justicia.