Estrasburgo - La Comisión Europea (CE) presentó ayer su propuesta para la reforma del control de fronteras comunitarias. Un plan para crear la Agencia Europea de Fronteras y Costas, con más recursos, más poder y la capacidad de movilizar hasta 1.500 guardacostas europeos, en menos de 72 horas, para intervenir en lugares en los que haya una crisis migratoria. Incluso, pretende Jean-Claude Juncker, si el Estado Miembro afectado se niega.

La CE sugirió por otro lado que en 2020 haya hasta 1.000 trabajadores al servicio de esta nueva agencia, más del doble del personal con el que cuenta ahora Frontex, y que su presupuesto se eleve hasta los 322 millones de euros. Bruselas abogó además por que se cree un centro de supervisión y análisis de riesgo que haga una evaluación obligatoria de la situación.

“Donde las deficiencias persistan o donde un Estado miembro esté bajo una presión migratoria significativa que ponga en peligro el área Schengen y la acción nacional sea insuficiente o no se prevea, la CE podrá adoptar una decisión de ejecución”, propuso la CE.

Esto supone que será Bruselas la que proponga el despliegue, una decisión que saldrá adelante sin necesidad de que la apruebe el Consejo de la UE. Sí tendrá que dar su visto bueno por mayoría cualificada un comité, englobado en el seno de la CE, en el que están representados los Estados miembros.

En caso de que este comité no se pronuncie o se oponga, la CE podrá recurrir a un órgano de apelación en el que tendrá que haber una mayoría de países en contra para tumbar su propuesta de intervención.

Dejar la decisión a la CE es una cuestión sensible puesto que el control de las fronteras exteriores ha sido hasta ahora competencia exclusiva de los gobiernos nacionales que, según la legislación actual, son los que deben solicitar ayuda comunitaria.

traslado voluntario La CE propuso ayer un mecanismo voluntario para trasladar refugiados sirios o apátridas desde Turquía hasta la UE en el marco de cooperación de este país con los Veintiocho para contener la llegada de inmigrantes irregulares y demandantes de asilo a Europa.

La recomendación de Bruselas, que se presentó justo antes de que se reúnan mañana y el viernes en Bruselas los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, busca establecer un sistema de “solidaridad y responsabilidad compartida” en la gestión de los flujos migratorios con Turquía, que alberga más de dos millones de refugiados.

La CE aclaró que el mecanismo de reasentamiento debería ser “flexible” y estar ligado a la reducción de las llegadas irregulares desde Turquía a la UE, a la que se ha comprometido Ankara dentro del plan de acción recién sellado con los Veintiocho, por el cual se promete al país un apoyo financiero de 3.000 millones de euros.

De hecho, la propuesta incluyó una cláusula de revisión para la suspensión o adaptación de este mecanismo si las llegadas irregulares a Europa desde Turquía no se reducen de forma sustancial. Según datos facilitados por la CE, más de 750.000 demandantes de asilo e inmigrantes económicos han cruzado hacia la UE en lo que va de año desde Turquía.

El presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, insistió en que “Turquía es un socio clave” y recordó que ambas partes han acordado reducir juntas la miseria humana que conlleva la inmigración irregular y poner orden a los flujos migratorios hacia la UE. - Efe