El 2015 va camino de ser el año más cálido desde que se tienen registros climáticos. Nos adentramos en un vericueto climático “desconocido” recuerdan los dos organismos meteorológicos internacionales más importantes. La acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera ha crecido hasta niveles históricos nunca alcanzados, lo que tiene consecuencias imprevisibles para el futuro climático del planeta.
La alerta proviene de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Oficina Meteorológica británica. Pero a esta conclusión no solo llegan los científicos. Los Héroes por el clima de Greenpeace, siete personas que llevarán a la cumbre que, desde mañana hasta el 11 de diciembre se desarrollará en París, explican cómo se dieron cuenta de que el clima está cambiando y qué hacen para combatirlo.
Claudia, de 16 años, lucha junto a sus amigas para lograr que en su colegio se use papel reciclado. Carolina, truficultora de Cuenca, lo notó en sus perros que desde hace 6 o 7 años enferman mucho más que antes de erliquiosis transmitida por garrapatas. Iñaki, arquitecto de bioconstrucción, señala desde Sepúlveda (Segovia) cuándo empezó a notar cómo se alteraba el medio. “Desaparecían los cangrejos, luego morían los olmos, las abejas, los conejos”. “Hay un deterioro de la naturaleza más cercana, algo palpable, que tiene que ver con el hombre”.
En la doliente capital del Sena los líderes mundiales tomarán decisiones que nos influirán a todos, porque los efectos del calentamiento global son cada día más visibles. “En los últimos 20 años ha habido un incremento en algunos fenómenos meteorológicos extremos, en particular lluvias erráticas -contribuyendo a inundaciones y sequías-, así como en el aumento del nivel del mar y la imprevisibilidad de las estaciones. Estos fenómenos se han traducido en destrucción o disminución de las cosechas, desaparición de terreno cultivable y habitable (algunas islas y zonas costeras), viviendas y otras infraestructuras como escuelas y hospitales destruidas, escasez de agua y propagación de enfermedades, profundizando así mucho más las crisis sanitarias. Esto significa que millones y millones de personas que ya estaban luchando por sobrevivir, encuentran aún más difícil conseguir alimentos, agua y refugio”, subraya Nerea Basterra de Oxfam Intermón en el País Vasco, mientras añade que esta situación está llevando a migraciones en masa, al ver degradados sus recursos fundamentales y amenazados sus medios de vida; además se incrementan los conflictos que incluyen desde malestar social e inestabilidad política hasta guerras derivadas de esta competencia por recursos cada día más escasos.
Los lobbys políticos y económicos que se benefician del modelo global de producción y consumo han dejado atrás su empecinamiento negacionista sobre el cambio climático, porque el efecto antrópico multiplicador sobre el clima es innegable.
“El uso masivo de carbón, petróleo y gas como fuente de energía está provocando que millones de personas estemos en riesgo de sufrir cada vez mayores temporales, olas de extremo calor, sequías, inundaciones, enfermedades infecciosas? Además estos mismos combustibles envenenan el aire y el agua cuando se extraen. Por su parte, el Gobierno español parece empeñado en impulsar ese modelo obsoleto y contaminante apoyando proyectos como las prospecciones para el fracking, que beneficiarán a unas pocas empresas a costa de perjudicar a muchos”, señala Tatiana Nuño, experta en cambio climático de Greenpeace. Todo ello cuando la solución ya está disponible y podemos lograr el 100% de energía limpia, renovable y eficiente. “Necesitamos demostrarles que la sociedad lo tiene claro: no rotundo a un modelo sucio y contaminante. Sí a la apuesta por un modelo eficiente y renovable”, sostiene.
“Limitar en menos de 2 grados el incremento de la temperatura global”
Los investigadores del clima creen que hay razones para pensar que la Conferencia de las Partes o COP 21 de París, marcará un antes y un después en la lucha contra el cambio climático, gracias al logro de un compromiso vinculante y definitivo para la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera a partir del año 2020. Hasta esta fecha durará el aplazamiento que en la OP de Copenhague se hizo al Protocolo de Kioto, donde se marcaba un recorte en las emisiones de CO2 del 15 % para los países firmantes con respecto a lo emitido en 1990.
El Acuerdo universal sobre el cambio climático que se pretende cerrar en París tiene como objetivo principal limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2 grados”, explica Ibon Galarraga, investigador del BC3, Basque Centre For Climate Change/Klima Aldaketa Ikergai, que estará presente en el evento climático más importante del siglo.
Junto a sus socios de la Unión Europea, Francia, elegida sede en esta COP 21, hará todo lo posible para que la UE conserve su puesto puntero en la lucha contra el cambio climático. El presidente francés Hollande anunció en su discurso en la conferencia medioambiental de Polonia que defenderá una posición ambiciosa, centrada en el objetivo de reducir en las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40 % en 2030 y un 60 % en 2040 (respecto a 1990).
Sobre esta base genérica y otras tantas propuestas, cada parte discutirá durante dos semanas en París (en Le Bourget) las matizaciones y los condicionantes, pero con la obligación de cumplir lo establecido.
El apoyo de Obama y del Papa Francisco
Ejemplo de ello ha sido el marcado apoyo de la administración norteamericana liderada por Barack Obama a favor de la lucha contra el cambio climático, especialmente durante la Cumbre por el Clima que ha tenido lugar este mes de octubre en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, lo que hace pensar que la lucha contra el cambio climático puede ser más efectiva a partir de ahora. Las negociaciones mantenidas ahora entre más de 120 países culminaran en ese gran pacto, en París en 2015.
No solo el cambio de actitud de Obama significa que algo se mueve, también la entrada en juego del Papa puede haber sido el factor que altere la dinámica a tiempo para la cumbre del Clima de París. Bergoglio no solo se ha desmarcado con una Encíclica histórica, sino que también ha invitado a la Iglesia Católica a una conversación inspirada por su mensaje y que llega a 1.200 millones de personas.
“Ahora bien, el cambio real a un mundo más sostenible depende absolutamente de las personas, de nuestros estilos de vida, de nuestros hábitos y costumbres, de nuestros modelos de producción y de consumo, de la gestión de nuestros recursos naturales y nuestros residuos, de nuestra capacidad para crear y compartir tecnologías alternativas, etc. Por eso, desde muchas organizaciones como Manos Unidas insistimos en que es necesario cambiar e nivel personal. Dice el eslogan de nuestra campaña: “Cambiar por el planeta para cuidar a las personas”, añade Marco Gordillo, coordinador de las campañas de Manos Unidas de Cambio Climático, Justicia y Desarrollo.
“Y al final, como dice el Papa en su Encíclica ambiental: La cultura ecológica no se puede reducir a una serie de respuestas urgentes y parciales a los problemas que van apareciendo. Debería ser una mirada distinta, un pensamientos, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conformen una resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático”, remarca Marco Gordillo. “Hasta que la mayoría de la población no se comprometa, no vamos a tener el impulso que necesitamos. La presión popular será la que haga actuar a los políticos hacia un lado u otro”, subraya Tatiana Nuño.
Para la activista de Greenpeace la campaña de desinversión en combustibles fósiles es un síntoma de que las cosas están cambiando en las altas esferas, “no al ritmo que se necesitaría, pero algo se mueve”, dice esperanzada, consciente de que no hay que poner todas las apuestas en el casillero de la Conferencia de París, como si fuera la última oportunidad de salvar el Planeta. “Es verdad que con el cambio climático los resultados se resisten a llegar, y que después de 20 años de reuniones no tenemos más que un raquítico y escuálido acuerdo llamado protocolo de Kioto, que hoy se queda pequeño por todos lados”.
Cien billones de dólares a partir del 2010
Los expertos son conscientes de que sin cambios drásticos en los sistemas económicos y productivos de China, India, EEUU y Brasil, los países que más contaminan, será imposible reducir las emisiones de CO2 y el efecto invernadero. En este sentido, el investigador del Basque Centre For Climate Change/Klima Aldaketa Ikergai se refiere al acuerdo político de movilizar cien billones de dólares anuales a partir de 2020. “Sería la ayuda desde los países desarrollados hacia los que están en vías de desarrollo para luchar en el cambio climático. Una lucha que tiene que ir en dos frentes: la mitigación y la adaptación”, remarca el investigador de BC3.
En esta misma línea se manifiesta Marco Gordillo, consciente de que sin el compromiso de los citados países será imposible frenar el calentamiento global del planeta. “Uno de los grandes problemas que han impedido llegar a un acuerdo ambicioso, justo y vinculante en los años anteriores es que por un lado los países en desarrollo consideran que no son responsables de las emisiones producidas por los países ricos desde el inicio de la era industrial, y defienden su derecho al desarrollo; por otro lado, China que es el mayor emisor de gases por delante de los Estados Unidos, y otros países emergentes como India, Brasil o México, contribuyen con grandes cantidades de emisiones al calentamiento global. Sin duda necesitamos cambios drásticos en nuestros sistemas productivos y en nuestros patrones de consumo, pero sería claramente injusto pedir a todos los países el mismo esfuerzo, con puntos de partida muy diferentes, tanto a una escala de riqueza como de desarrollo. Por este motivo las organizaciones defendemos la vigencia e importancia del principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas” aplicado en Kyoto.
Por último, según este principio, todos los estados tienen una responsabilidad compartida frente al cambio climático, y todos deben responder a él, pero la respuesta ha de ser diferente, según el nivel de desarrollo y de riqueza, y según las propias capacidades. Esto implica que los países más ricos y desarrollados han de asumir una responsabilidad mayor en términos económicos y de ambición de disminución de gases de efecto invernadero. Y que los países pobres han de transitar hacia modelos sostenibles como hoja de ruta de un nuevo estilo de desarrollo”, recalca.
Principales objetivos. Reducción, por medio del recorte de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), y adaptación a las nuevas situaciones que están creándose, en modo de pérdida de biodiversidad, fusión de hielos polares, elevación del nivel del mar, etc.
Naturaleza. Científica del calentamiento global y análisis de sus consecuencias.
Esbozo de soluciones de desarrollo económico y social desde un enfoque sostenible.
Integridad ambiental, derechos humanos y salud desde la nueva visión de una sociedad baja en producción de dioxido de carbono
En términos de capacidades de los actores sociales más importantes (ONGs).
2° C
Dos grados centígrados de aumento de la temperatura global para el 2100 es el límite señalado por los científicos si se quieren evitar las peores consecuencias del cambio climático.
Mejorar la precaria situación de los SIDS (Small Island Developing States) y de los LDC (Less Developed Countries, o países pobres)
Prevenir los daños esperables por el calentamiento global y el cambio climático por medio de políticas cautelares.
Medios para instrumentar las políticas a desarrollar a partir del ocho mandamientos climáticos según los científicos en lo que puede ser una nueva experiencia sostenible del planeta.