GRANADA - El Juzgado de Instrucción número 4 de Granada, que investiga el llamado caso Romanones sobre abusos sexuales presuntamente cometidos por sacerdotes a menores, acordó procesar al padre Román M.V.C. por un supuesto delito de abuso sexual continuado con prevalimiento, al considerar que existen indicios racionales de criminalidad en su conducta contra el denunciante de los hechos cuando éste era menor de edad.
En un auto fechado el 26 de noviembre, el titular del Juzgado, el magistrado Antonio Moreno, declaró procesado al padre Román por el citado delito, castigado con pena de prisión de cuatro a diez años, como paso previo a recibirle en declaración indagatoria y confirmó la responsabilidad civil subsidiaria del Arzobispado de Granada.
Requirió además al procesado que preste fianza de 50.000 euros para asegurar las responsabilidades pecuniarias que pudieran declararse en la causa, procediéndose al embargo de sus bienes para cubrir esta suma en caso de que no lo haga; y prorroga por un plazo de seis meses la medida cautelar de alejamiento y prohibición de comunicación respecto de la “víctima”.
En este auto de procesamiento, recurrible en reforma ante el propio Juzgado y en apelación ante la Audiencia Provincial, el magistrado estimó corroborados los “iniciales indiciarios hechos” por los que se inició el presente procedimiento.
La causa arrancó a raíz de la denuncia que el 14 de octubre de 2014 presentó la víctima ante la Fiscalía de Granada exponiendo haber sufrido “continuados o permanentes abusos sexuales por parte de un grupo de sacerdotes incardinados en la Diócesis de Granada”, desde el año 2004, cuando tenía 14 años y hasta 2007 cuando ya contaba con 17 años. Actualmente tiene 25 años y se declara miembro supernumerario del Opus Dei.
Para el magistrado existen indicios de que el padre Román M.V.C., párroco de la Iglesia de San Juan María Vianney, lideraba un grupo de sacerdotes diocesanos y dos seglares, cuando el joven, por aquel entonces menor, comenzó a ir a misa los domingos junto a un amigo.
encuentros El padre Román les propuso entonces ayudar como monaguillos y durante ese tiempo comenzaron a acudir a los encuentros que tenían un grupo de sacerdotes para realizar actividades de convivencia y descanso. Ya en 2004, el niño comenzó a pasar mucho tiempo en la Casa Parroquial y también en la vivienda de este grupo de sacerdotes liderado por el procesado, en la urbanización Los Pinillos de Cenes de la Vega, donde finalmente ocurrieron “los hechos más graves y relevantes penalmente”. - E.P.