Gasteiz - La atención y tratamiento que reciben en el País Vasco los menores de edad que pasan por los tribunales de Justicia se han demostrado eficaces para evitar la reincidencia, optimizar el cumplimiento de las condenas y lograr la reeducación de los infractores. Siguiendo la senda de esa política, el Gobierno Vasco aprobó en septiembre el IV Plan de Justicia Juvenil que se fija como objetivos incidir en la prevención, reducir los plazos para el cumplimiento de las condenas, individualizar las intervenciones y trabajar en el entorno de los menores.
El consejero de Administración Pública y Justicia, Josu Erkoreka, presentó ayer en el Parlamento Vasco el IV Plan de Justicia Juvenil, que extenderá sus actuaciones hasta 2018, y explicó que el plan se ha concebido como una herramienta transversal que implica a cinco departamentos -Administración Pública y Justicia, Seguridad, Vivienda y Políticas Sociales, Salud y Educación- que pondrán en marcha acciones concretas dirigidas a los jóvenes que cometen delitos.
Josu Erkoreka recordó que la tasa de reincidencia de los menores condenados y que cumplen las medidas impuestas no llega al 20%, que se ha producido una disminución del número de asuntos que llegan a la Justicia Juvenil y que se observa un incremento de los hechos delictivos protagonizados por chicas, mientras que los realizados por menores extranjeros iniciaron en 2010 “una tendencia a la baja que se mantiene en la actualidad”. En los seis primeros meses de 2015, los órganos judiciales vascos impusieron 480 medidas a menores de edad que habían cometido alguna infracción, de las que 455 fueron medidas firmes y 35 de carácter cautelar. En cuanto a las infracciones cometidas y que dieron origen a las medidas firmes, en 368 casos fueron realizadas por chicos y en 77 por chicas. Los delitos más habituales son los robos con violencia -82 casos, el 18,42% del total-, los robos con fuerza -72 delitos y el 16,17%-, los hurtos -13,25%- y los casos de violencia filioparental y de género -se registraron 58 delitos de este tipo, el 13,03%-. También hubo 55 casos de lesiones.
Chicos vascos Según explicó el consejero de Administración Pública y Justicia, “el perfil psicosocial de las personas infractoras menores de edad en la Comunidad Autónoma del País Vasco es mayoritariamente el de un varón nacido en la Comunidad Autónoma Vasca o en alguna otra comunidad del Estado español, que convive con su familia de origen. Prácticamente la mitad de ellos tiene uno o ambos progenitores con un trabajo estable, aunque se observa que en muchos casos hay un déficit importante de la atención que les prestan sus padres o madres y o en su caso también han sufrido una separación traumática de sus progenitores. Y más de la mitad de los menores atendidos por la Justicia Juvenil tienen relación con los servicios sociales de base”.
Establecida una serie de características comunes a muchos de los menores infractores, el departamento de Justicia se propone trabajar más a fondo en la prevención. “El objetivo -detalló Erkoreka- es intervenir mediante la educación en los ámbitos familiares, sociales y educativos para evitar entornos que propicien las infracciones. De esta manera, se incidirá en una educación integral que aborde problemáticas como la violencia filioparental, los problemas de salud mental o la prevención del consumo abusivo de estupefacientes”. En el caso de los menores que ya han cometido infracciones y han recalado en los tribunales, el Gobierno Vasco se propone realizar una intervención más personalizada y acorde con la realidad social de cada menor infractor. También se intensificarán las actuaciones de profesionales de la educación, psicología, trabajo e intervención social y derecho con el entorno (familia, centro escolar, barrio, amistades) del chico o la chica atendidos por la Justicia Juvenil para propiciar su reinserción.
Y, aunque Euskadi se sitúa a la vanguardia del Estado español en bajos niveles de reincidencia -el 80,4% de los menores infractores que pasan por los órganos judiciales no reinciden-, otro de los objetivos del plan consiste en evitar la reincidencia. Para ello “se pondrán en marcha programas multidisciplinares para adquirir habilidades y hábitos pro-sociales, reestructurar su pensamiento, sus actitudes y sus valores e incorporar técnicas para evitar recaídas”.
Entre otras acciones concretas previstas en el plan, el Gobierno Vasco actualizará el manual para garantizar la seguridad de las personas que trabajan en los centros de menores y formará a los nuevos agentes de la Ertzaintza y Policía Municipal para mejorar la intervención con menores. En los próximos años la gestión de los centros educativos cerrados para cumplimiento de penas se llevará 60,5 millones de euros de un presupuesto total de 80,2 millones para ejecutar el IV Plan.
Perfil. El perfil tipo de infractores que pasan por la Justicia Juvenil es un chico menor de edad (en el 80,7% de los casos), de entre 14 y 18 años y nacido en Euskadi (66%).
Delitos. Los más comunes son robo con violencia (18,42%), robo con fuerza (16,17%), hurtos (13,25%) y violencia filioparental y de género (13,03%).
Los órganos judiciales vascos impusieron en el primer semestre de este año 480 medidas a menores de edad que han cometido alguna infracción, 35 fueron medidas cautelares.
El 40% de las medidas impuestas a menores se cumple en ‘medio abierto’, es decir, que los infractores permanecen en su ámbito familiar, pero acudiendo a centros de día o recibiendo tratamiento ambulatorio, entre otras fórmulas.