madrid - “Esta investigación de género es de gran importancia porque permite analizar la visión del mundo que tiene un sector de la población, en este caso los jóvenes de entre 14 y 19 años”, dice Ignacio Calderón.

Los datos demuestran que los estereotipos sexistas persisten entre los adolescentes.

-Sí. Indican que estamos todavía demasiado atrás porque parecía que habíamos avanzado mucho. Es cierto que hemos progresado; la sociedad se ha ido moviendo y evolucionando. Es verdad que no estamos en épocas en las que las mujeres tenían que pedir permiso para abrir una cuenta en el banco o salir al extranjero, pero aún resta mucho camino por recorrer en aras a la igualdad.

¿Por qué es importante esta investigación?

-Porque mueve a la reflexión. Además, los datos confirman lo que se intuía desde distintos ámbitos sociales: que frecuentemente las relaciones de pareja de adolescentes y jóvenes españoles se articulan alrededor de la posesividad y el control, lo que da lugar a un comportamiento potencialmente agresivo por ambas partes, aunque más frecuente y más grave por parte del varón.

¿El discurso de género que construyen los adolescentes lo hacen bajo la idea de que masculinidad y feminidad son opuestos?

-Desgraciadamente lo masculino se relaciona con la fuerza, la destreza física y la simpleza emocional, mientras que lo femenino es sinónimo de emocional, responsable y frágil. Además de las diferencias surge el fenómeno de negativización en relación a lo femenino.

¿La revolución hacia la igualdad está siendo demasiado lenta?

-Es cierto que la visión que tienen los adolescentes de la pareja ha sufrido una revolución hacia la igualdad, sin embargo esta no se ha dado en la práctica de forma homogénea; en el estudio se ve clarísimamente.

¿Por qué es difícil encontrar a gente que, por lo menos en público, no defienda la igualdad?

-Es que los hombres y mujeres somos iguales en la diferencia [biológica]. No concibo y me parece sorprendente que haya diferencias salariales entre hombres y mujeres que hacen el mismo trabajo; me parece que no es de este mundo.

Pero es la dura realidad.

-Es cierto que siguen existiendo gestos que se apoyan en los tópicos estereotipados para defender actos de desigualdad como un menor salario para ellas porque son ellos los que “deben” sustentar el hogar. La responsabilidad de las mujeres pasa a ser una carga de tareas, y la maternidad se traduce en desventajas sociales para ellas.

Según el informe, la violencia de género se extiende también entre los menores.

-Sí. Entre los chicos son más habituales la intimidación, el control personal y emocional, la violencia física y verbal o la violación de la intimidad. En general, es más frecuente y de mayor entidad la violencia ejercida por ellos sobre ellas. Estas actúan más en el control de los actos y de las relaciones de pareja, como mirar el móvil o difundir material sin permiso.