Bruselas - Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión europea (UE), que ayer celebraron una cumbre extraordinaria, defienden el refuerzo de las fronteras exteriores y actuar sobre la raíz del problema de la crisis de los refugiados, aunque persisten entre ellos alejadas posturas.
La reunión comenzó en un ambiente de fuerte división interna después de que el martes los ministros europeos de Interior forzasen el voto para aprobar el reparto de 120.000 refugiados entre los países, con Eslovaquia, República Checa, Hungría y Rumanía en contra y con la abstención de Finlandia.
A su llegada, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, dijo no culpar a Alemania por la llegada masiva de refugiados a Europa, al tiempo que incidió en que deben respetarse las reglas de Schengen y proteger las fronteras exteriores de la UE.
“Schengen es una ley que aún está en funcionamiento y tenemos que usarla”, sostuvo Orbán, que insistió en que “si no se cumplen las reglas, toda la UE estaría en el caos”.
Respecto a la situación en Grecia, Orbán hizo hincapié en que “si los griegos no son capaces de defender sus propias fronteras, deberíamos pedirles amablemente, puesto que es un país soberano, que deje a los otros países de la UE defenderla”.
respetar los valores Sobre la posición de Budapest en la crisis de los refugiados, el presidente de Francia, François Hollande, afirmó que quienes no respeten los valores y principios de la Unión deben cuestionarse “su presencia” en el bloque comunitario. “Europa es un conjunto de valores, de principios. Los que no quieran respetar esos principios deben preguntarse sobre su presencia en el seno de la Unión Europea”, señaló Hollande al llegar al Consejo Europeo.
“Schengen y Dublín deben seguir siendo la regla”, señaló el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, quien insistió en que es importante encontrar una solución para los países más presionados por el flujo masivo de refugiados dentro de la UE y fuera, como Turquía, Jordania y los Balcanes.
Para la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaité, el resultado del consejo de ministros de Interior del martes no fue “muy exitoso” y consideró “una pena” que los titulares de esa cartera chocasen por el reparto de 120.000 refugiados cuando el problema es más amplio.
“Debemos dejarlo atrás y pensar en el futuro y cómo solucionarlo”, sostuvo, aunque opinó que la solidaridad “no puede o debe imponerse a la fuerza” y descartó que el sistema de cuotas se trate de nuevo este miércoles entre los líderes.
Grybauskaité dijo que el plan para hacer frente a la crisis debe incluir aspectos como las fronteras exteriores, las políticas de readmisión, el apoyo a los países cercanos a Siria y un fondo fiduciario para África, y todo ello debe estar listo para principios de año. “Hay que ir a las raíces del problema”, destacó, al tiempo que dijo que hasta ahora la UE solo ha abordado la redistribución de refugiados, pero hoy ya debe empezar “con cosas más serias”. El primer ministro de Holanda, Mark Rutte, también defendió “la vigilancia efectiva de las fronteras exteriores”, así como “actuar contra el modelo de negocio de los traficantes de personas”.
El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, dijo que “una Europa unida significa compartir todo, compartir responsabilidades, cargas, capacidades y un futuro común”. - Efe