Bilbao - A sus 76 años cree “urgente” que las personas que entran en fase de jubilación sientan la necesidad de desarrollar y diseñar un nuevo proyecto de vida porque, como subraya Ismael Arnaiz, de la Asociación para el aprendizaje permanente y la participación social de las personas mayores (Hartu-Emanak) “queda un periodo de vida suficientemente largo como para hacer un nuevo proyecto tan interesante o más que los de etapas anteriores”.

¿Es posible un envejecimiento activo con unas pensiones roñosas?

-No porque es frustrante y limitativo. Si no hay una pensión digna no se podrán cubrir necesidades básicas y no será una vida digna. Será dependiente, lánguida, no satisfactoria, no saludable y por lo tanto se vendrá abajo el esquema del envejecimiento activo.

Las personas mayores, ¿se sienten valorados e integrados?

-Lo que pesa mucho son los estereotipos y en el caso del colectivo de personas mayores predominan los negativos. La vejez no resulta agradable socialmente, parece que todo el mundo tiene que ser guapo, alto fuerte y joven? ¿Que en qué medida se nos valora? Pues creo que va mejorando la estimación que se tiene sobre las personas mayores, pero estamos lejos de que la sociedad reconozca el valor de la experiencia y el conocimiento de las personas mayores.

Va mejorando pero...

-Cambiar los hábitos de las personas y del conjunto de la sociedad y desterrar esos estereotipos negativos es muy difícil y cuesta tiempo. Igual tiene que pasar otra generación de personas mayores. No lo sé?

Pues vaya.

-Yo suelo decir a quien me quiere escuchar que el conocimiento y la experiencia de las personas mayores debería ser declarado patrimonio inmaterial de la humanidad porque si no se transmite se perderá toda esa riqueza. Sería como empezar de nuevo con todo y eso es un disparate.

¿Y cree que esa opiniones y esa experiencia vital y laboral suya es tenida en cuenta por la familia y por las instituciones?

-Hay luces y sombras. Pero también te digo que a veces no toda la culpa es de los demás. Buena parte también es nuestra porque estamos en la creencia de que no servimos apenas, que lo que sabemos no tiene valor y eso nos impide ejercer como ciudadanos de pleno derecho. Por eso se habla del empoderamiento de las personas mayores, de que seamos conscientes del valor de nuestra experiencia y de la vida que tenemos por delante para ponerlo al servicio de la sociedad.

¿Y qué aspectos considera esenciales para ese nuevo proyecto?

-Esa etapa debe proporcionar un envejecimiento saludable. Y tiene que ser socialmente productivo. Cuando se habla de envejecimiento activo hay dos niveles: a título personal, que sea saludable como el ejercicio físico, la alimentación, el estar activo mentalmente, el aprender cosas nuevas,? Pero también está el ser socialmente productivo; es decir, prestar a la sociedad lo que en base a nuestra experiencia podemos devolver. Por eso el nombre de nuestra asociación [Hartu-Emanak], porque entendemos que tenemos que seguir dando lo que podemos y pidiendo aquello que necesitamos.

¿Y qué demandan?

-Una pensión que permita vivir dignamente y cubrir necesidades. Y tenemos que tener posibilidades de seguir aprendiendo, por ejemplo que haya una universidad con mayores y no para mayores, vivienda digna...

Afortunadamente están asociados.

-Sí, pero algunos colectivos tienen un diseño anticuado. Hay que evolucionar.

¿Cómo?

-Abriéndose al entorno social, que organicen cosas no solo para sus socios, que interactúen con otros agentes sociales para transmitir sus conocimientos, sus valores y sus experiencias... - J.F.