zagreb - La tensión sigue en aumento en las zonas fronterizas de Hungría. Miles de refugiados llevan días atrapados en unos territorios de los que no logran salir para alcanzar su objetivo: llegar a la soñada Alemania. Los distintos países de la zona tratan de quitarse el problema de encima fletando trenes y autobuses para trasladarlos a las naciones vecinas, desconociendo los propios afectados si quiera cuál es su destino. Y todo ello mientras los países de la UE siguen si alcanzar un acuerdo para paliar esta crisis migratoria.

Así, en este clima, las escenas de tensión se reproducen en los distintos pasos fronterizos de Hungría. En el paso de Röszke-Horgos, entre Hungría y Serbia, se dieron escenas de violencia después del bloqueo de la frontera a los refugiados. Un pequeño grupo de desplazados -de los 2.000 atrapados en la frontera- derrumbaron las vallas y la policía magiar repelió la protesta con gas pimienta, cañones de agua y vehículos militares intentaron dispersar a los atacantes, quienes respondieron con botellas y piedras.

Una Croacia desbordada comenzó ayer a enviar en autobuses y trenes a cientos de refugiados a la frontera húngara, desde donde podrían seguir camino a Austria, en otro episodio que muestra la falta de una estrategia europea ante la mayor crisis migratoria del continente en siete décadas.

Con la llegada de unos 17.000 refugiados en apenas 72 horas, el primer ministro croata, Zoran Milanovic, declaró que su país de 4,2 millones de habitantes ya no podía hacer frente a la situación y habló de un “plan B”, que ha consistido en mandarlos a la vecina Hungría para que desde allí puedan tratar de alcanzar Austria.

Milanovic indicó que Croacia estaba al límite de sus posibilidades y ya no podía registrar a más gente aplicando las normas de la Unión Europea (UE) sobre asilo. “A partir de hoy (ayer para el lector) empezaremos a aplicar otros métodos, ya no podemos aceptar ese peso mientras los otros miran para otro lado”, manifestó el líder socialdemócrata.

La denominada ruta migratoria de los Balcanes cambió de rumbo después de que Hungría cerrase física y legalmente su frontera con Serbia el pasado martes y miles de personas se encaminasen en dirección a Croacia para seguir su viaje a Europa Occidental. Croacia cerró ayer siete de sus ocho pasos fronterizos con Serbia después de la llegada de una oleada de refugiados el jueves y se produjo una estampida y escenas de caos por el deseo de subir a autobuses y trenes.

El cierre de los pasos oficiales no impidió que siguiera la llegada de refugiados a través de campos y cultivos situados en la frontera entre Serbia y Croacia.

Serbia, país al que llegan los refugiados desde Macedonia, protestó la decisión del cierre de fronteras de Croacia, que a su vez criticó que Eslovenia les devolviese a los migrantes que llegaban a su linde. Y Hungría, que ya ha comenzado a levantar una valla en 41 kilómetros de su frontera con Croacia, criticó que las autoridades de Zagreb les enviase a los migrantes a su frontera.

En medio de este cruce de acusaciones mutuas se encuentran atrapados los refugiados procedentes de zonas de conflicto como Siria, Irak y Afganistán.

Cientos de refugiados subieron ayer a decenas de autobuses dispuestos en la ciudad croata de Osijek y en un campamento de Beli Manastir, cerca de Serbia, aunque, en lugar de llegar a Zagreb, como creían, acabaron en el paso fronterizo húngaro de Beremend. “¿Hacia dónde nos llevan?”, preguntaban una y otra vez muchos refugiados en medio de la confusión en Beli Manastir, una ciudad del noreste de Croacia, al ser subidos a autobuses con destino incierto. Escoltado por la policía croata, el convoy de autobuses fue finalmente hasta Baranjsko Petrovo Selo, una localidad justo al lado de la frontera de Hungría.

En medio de un calor asfixiante, los refugiados, entre ellos muchas familias con niños pequeños, fueron acordonados por la policía croata, que además alejó a la prensa del lugar. “¿Hacia dónde nos llevan? ¿Hasta dónde los llevan?”, preguntaban una y otra vez muchos refugiados, en su mayoría sirios, afganos e iraquíes, tras bajarse del autobús en medio de la confusión.

Otro tren con unos mil refugiados también llegó desde Croacia a la estación húngara de Magyarbóly, cerca de Beremend. Desde allí fueron trasladados por la policía húngara a los campos de refugiados de Vamosszabadi, cerca del paso fronterizo austríaco de Nickelsdorf, y Szentgotthard, a poca distancia de Heiligenkreuz, también en suelo del país vecino. Fuentes policiales austríacas indicaron que esperaban en las próximas horas una oleada de cientos de refugiados en su frontera sur con Hungría. Para atenderlos ya hay preparado un dispositivo de Cruz Roja y del Ejército austríaco, según explicó el portavoz policial.

A su vez, la policía húngara informó ayer también de que interceptó a “un grupo mayor” de refugiados en la localidad de Gyékényes, junto a la frontera con Croacia y a unos 25 kilómetros de Eslovenia.

Aunque la policía no concretó de cuántas personas se trataba, el portal index informó de que era un grupo de casi un millar de personas que habían llegado a Hungría por un puente ferroviario, que cruza uno de los ríos que separa el país de Croacia, el Dráva.

nueva valla en hungría Mientras, en Belgrado, el ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, dijo a la prensa que no existe ningún acuerdo entre Budapest y Zagreb sobre el traslado de refugiados a Hungría y cargó con dureza contra Croacia. Szijjarto solicitó a las autoridades croatas “no propagar mentiras”, al tiempo que reiteró que Hungría ya ha comenzado a levantar una nueva valla a lo largo de 41 kilómetros de la frontera croata para reducir o impedir el paso ilegal de migrantes. “En vez de ayudar a la gente, Croacia está alentando a masas y masas de personas a cometer un delito penal, ya que el cruce ilegal de la frontera es un delito”, sostuvo Szijjarto en una rueda de prensa en alusión a la legislación que entró en vigor esta semana en Hungría. La nueva legislación prevé penas de cárcel de tres años por entrar en el país de forma ilegal, aunque esta normativa no parece que se vaya a aplicar a los refugiados que llegaron hoy a país.

Hungría y Croacia están separadas por el río Mura y el Dráva, y el Gobierno solo instalará las vallas en su frontera terrestre.

Misiones de España. España creará de forma inmediata dos misiones de enlace que se enviarán a Italia y Grecia, con apoyo de las embajadas y oficinas consulares de ambos países, para trabajar con funcionarios locales y definir los perfiles de los refugiados que quieran venir a España consiguiendo así una mejor acogida.

El presidente serbio, Tomislav Nikolic, denunció ayer el “egoísmo” de algunos países de la Unión Europea y aseguró que frente a ellos, Serbia hará todo lo que pueda por atender y recibir a refugiados mientras le sea posible.

200

Efectivos antidisturbios de la Policía eslovena se interpusieron ayer en el camino de unos 200 refugiados que intentaban acceder al país desde Croacia, a través de un pequeño puente sobre un río situado en tierra de nadie.