Bilbao - La UPV/EHU ya ha abierto el curso. ¿Cómo se presenta?

-Es un curso muy interesante porque, además de los 8.500 nuevos estudiantes, tenemos retos importantes como la reorganización de centros. Esta apuesta de futuro desde el presente nos va a permitir tener una estructura para los próximos 50 años dirigida a reforzar nuestro liderazgo en todas las áreas de conocimiento en el País Vasco y ganar visibilidad internacional.

¿Cómo está siendo esa transición?

-La idea es que cada centro cree su propio reglamento y se produzcan las elecciones correspondientes de las que saldrán las nuevas direcciones y decanatos. Esperamos poder funcionar el curso que viene con la nueva estructura de 20 centros en vez de 31, de lo que se informará al alumnado en las ferias de orientación.

Telegráficamente. ¿Cuáles son los beneficios de la fusión?

-Que sobre todo el profesorado joven tendrá un recorrido académico más fácil gracias a una estructura que le arrope mejor. Además se reforzará el liderazgo en las ramas de conocimiento. Una mejor coordinación permitirá mejorar la oferta docente. Y evidentemente, con la nueva estructura queremos que se nos vea en el mundo como centros de relevancia en la ingeniería, en la economía y la empresa, en la medicina o en la educación.

¿Qué pasaría si no se hiciera?

-Hay centros que corren el riesgo de no seguir existiendo porque no tienen una masa crítica mínima de doctores, ni de profesores necesaria, por lo que están en riesgo en los procesos de acreditación de centro.

La reforma de su nueva fachada está en marcha y este curso le toca al contenido: las titulaciones. ¿Cómo lo van a hacer?

-Queremos que todos los estamentos participen en la elaboración del Plan Estratégico de Grados y que los cambios se basen en criterios propios y no arrastrados por el debate del 4+1 o 3+2 de las carreras. Es muy importante analizar los inconvenientes y ventajas de las distintas estructuras universitarias del mundo, que no solo existen estas dos, y ver cuál es el mejor modelo para las necesidades de nuestra sociedad. El principio que es que cualquier cambio de estructura, si es que lo hacemos, no suponga un mayor coste para el alumnado.

¿Es el momento de cambiar los grados cuando apenas acaba de salir al mercado la primera promoción Bolonia?, ¿se sienten presionados por las carreras de 3 años que posibilita la reforma Wert?

-Esa es una de las preguntas que nos hacemos todos los responsables universitarios. ¿A qué viene este nuevo cambio?, ¿A qué viene esto, ahora? Esta es una pregunta que deben responder otros, pero yo no lo entiendo. No entiendo que se promueva un nuevo cambio cuando acabamos de poner la primera promoción Bolonia al servicio de la sociedad vasca, cuando estamos evaluando aún los resultados de un trabajo muy importante para adaptar las antiguas licenciaturas a los grados... Yo creo que no es el momento y me hubiera gustado que ni se hubiera planteado; el problema es que cuando se plantea la estructura de 3+2 es porque hay alguien que lo va a hacer y condiciona al resto.

La reforma Wert va a generar un batiburrillo interesante.

-La sensación que se genera es de confusión absoluta para los estudiantes. ¿Es lo mismo?, ¿me capacitan de la misma manera?, ¿me costará lo mismo si hago dos años de máster?, ¿tengo las mismas posibilidades de empleabilidad?... Esto es un sinsentido. Es un sinsentido en este momento, porque si el cambio al 3+2 se hubiese planteado hace cinco años, cuando organizábamos la adaptación a Bolonia, a lo mejor hubiera tenido mucho más sentido que el 4+1. Pero ahora deberíamos esperar más para poder desarrollar la estructura 4+1 y su nueva metodología docente. Por tanto, las circunstancias piden prudencia y un análisis detallado de los resultados de los grados actuales, así como del coste de su implantación para la UPV/EHU y para el alumnado.

¿Cuáles serán las claves del Plan Estratégico de Grados?

-Que responda a las necesidades de la sociedad vasca, que no cueste más al alumnado y que se haga de forma consensuada con los agentes implicados y con nuestros propios criterios. Dicho esto, es evidente que no podemos cerrar los ojos a lo que sucede a nuestro alrededor, por lo tanto tenemos que reaccionar.

Además, este curso también plantean evaluar la investigación.

-Efectivamente, creo que hemos avanzado significativamente en este ámbito, pero también es el momento de decir... ¿ahora qué?

Eso, ¿y ahora qué?

-Este curso elaboraremos el nuevo plan de investigación, el plan estratégico de grados y postgrados tras hacerlos analizado en profundidad. Todo ello junto a la reestructuración de centros permitirá a la UPV/EHU una nueva forma de estar y de ser los próximos años.

Por primera vez tras años de recortes, cambios legislativos y otros problemas extaacadémicos, parece que la UPV/EHU está concentrada al 100% en su propia mejora. ¿Se puede decir ha entrado en su etapa de madurez?

-Evidentemente estamos a las puertas de una nueva etapa en la UPV/EHU. Hemos dado muchísimos pasos, hoy en día somos una universidad con una oferta docente e investigadora de calidad. Se ha acabado el discurso de que somos una universidad lejos de las empresas.... Estamos trabajando con el mundo empresarial, con las instituciones, con organizaciones sociales... Durante mi discurso de apertura hice un repaso de la contribución de la UPV/EHU a la sociedad vasca, como el Polo Tecnológico a la ciudad de Bilbao, la reforma de la Catedral de Gasteiz o los Cursos de Verano a Donostia por los que cada año pasan más de 8.000 personas. Todo esto ha generado un gran impacto en las capitales, pero son solo algunos ejemplos de todos los proyectos y colaboraciones empresariales que tenemos. De verdad, creo que se ha acabado la historia esta de que no estamos trabajando con la sociedad porque lo hacemos, y mucho. Y sí, creo que estamos en un periodo de mayor madurez. Siempre oigo eso de que somos una universidad joven y desde hace tiempo digo que no somos tan jóvenes porque ya llevamos mucho recorrido hecho.

¿Entonces a qué atribuye las palabras del lehendakari en la apertura de curso, apelando a “activar todas las potencialidades de la UPV/EHU para contribuir al desarrollo del país”?, ¿quería decir que la relación con la empresa no es la apropiada?

-Lo que pasa es que yo ya no comparto ese discurso. Creo que hace 20 años ese discurso era adecuado, pero hay que acabar con él. El discurso que dice que no estamos trabajando con nuestro entorno, y no solo empresarial, no es aplicable a la UPV/EHU. Tenemos una actividad importantísima todos los días y creo que el lehendakari nos anima a que sigamos trabajando y, en ese sentido, estamos encantados de seguir potenciando esto. Recogiendo la invitación del lehendakari, tenemos que seguir mejorando, nunca me doy por satisfecho. Es nuestra obligación, no podemos caer en la autocomplacencia.

¿Cómo se puede mejorar?

-Uno de los proyectos que nos gustaría potenciar cuando gocemos de mayor soporte económico son las tesis doctorales en las empresas. Pero es que, independientemente de proyectos o ideas concretas como encuentros sectoriales que hacemos, visitas a empresas, la activación de las relaciones con el entorno a través de Euskampus, la transferencia de conocimiento es una idea que ha calado en nosotros hace mucho tiempo, en la que creemos y en la que trabajamos día a día. Del mismo modo, creo que es necesario que el sector empresarial también haga esa reflexión.

¿Gobierno o patronal pueden hacer más para que las empresas vean a la universidad como a un aliado para mejorar su competitividad?

-Yo diría que ya nos ven como a aliados. En estos momentos somos el agente clave de un proyecto liderado por la Diputación de Gipuzkoa en el que analizamos y ayudamos a mejorar la viabilidad de un montón de PYMES. Los empresarios saben que estamos aquí y se acercan a nosotros. Ahí está el centro de tecnologías avanzadas de fabricación, por ejemplo. Esta relación existe, lo que pasa es que igual a veces no somos capaces de contarlo bien, por eso lo intenté contar en la apertura. Además creo que es una relación cada vez más potente y cada vez más estable. Lo que también creo es que el tipo de sector empresarial vasco lo va a tener cada vez más complicado para gestionar el conocimiento que le permita ser competitivo si no cuenta con personas capaces de gestionar todas las aristas que tiene el conocimiento hoy en día.

¿Es un problema de tamaño o de filosofía?

-No es lo mismo un país con grandes empresas con fuertes dotaciones dedicadas a la investigación que saben perfectamente gestionar y aplicar el conocimiento que un sector ,como el que tenemos, en el que el día a día es lo más importante.

Volvamos a la universidad. En junio hubo la OPE de Educación. ¿Plantean nuevas contrataciones?

-Sí, este año sacamos una OPE algo diferente de lo que se entiende en otros sectores. Estamos condicionados por la tasa de reposición que nos viene marcada por Madrid. Solo podemos sacar plazas por el equivalente al 50% de las jubilaciones. Este año se han jubilado 80 personas, por lo que solo podemos sacar 40 plazas, un número muy reducido que además limita mucho el acceso a aquellas personas que tienen la acreditación correspondiente. Este es uno de los grandes problemas que tiene la UPV/EHU porque nos estamos descapitalizando y dificilmente podemos favorecer la carrera profesional de nuestras personas jóvenes, que es lo que más necesitamos.

¿Tan grave es?

-Tengo encima de la mesa cartas de personas que pertenecen a ese colectivo pidiendo una salida. Y es muy triste cuando el rector te dice que no puede hacer nada porque no tenemos una normativa propia que lo permita, que no tengo una ley que me lo permita. Parece que el año que viene la tasa de reposición será del 100% y aun así es poquísimo. Haremos otra OPE, pero no solucionaremos el problema.

¿Cuánta gente necesita?

-Al margen de las promociones internas del personal titular, tenemos en una situación inestable a un colectivo joven cercano a las 500 personas, que son nuestro futuro. Estamos hablando de gente que ha hecho el camino que hay que hacer, ha investigado, se ha formado como docente, en cinco años les debiéramos dar la oportunidad de convertirse en profesores si consigue acreditarse.

¿Qué piensa cuando recibe esas cartas de gente que se tienen que ir a Madrid o al extranjero porque no tienen la plaza?

-A Madrid lo tienen difícil y a cualquier otra universidad estatal también porque no hay plazas. En cualquier caso, esta situación me genera un punto de frustración porque son personas han hecho su tesis, acceden a una plaza de adjunto, están unos años como docentes, entran en grupo de investigación hasta hacerse un currículum, consiguen la acreditación externa y cuando llegan al momento de conseguir una plaza que se han ganado a pulso resulta que no se la puedes dar. Entonces me viene siempre a la cabeza la necesidad de una normativa legal propia que nos permita gestionar a nuestros profesionales desde aquí, con nuestros criterios y en base a nuestras competencias.

Pero el Gobierno Vasco ha esquinado los últimos tres años su petición de articular una Ley vasca de Universidades.

-Lo dije el primer día de mi segundo mandato y se ha demostrado a los largo de estos años que las directrices de Madrid condicionan absolutamente nuestro trabajo. Y es complicado trabajar así y más cuando un Gobierno con mayoría nos pone a todos patas arriba en los Consejos de Ministros de los viernes. Soy consciente de que hay dificultades legales para hacer la Ley vasca, pero también que merece la pena embarcarse en esa aventura porque los beneficios son muchos. Y si lo conseguimos, la UPV/EHU podrá dar un salto aún mayor del que ha dado pese a no disponer de una ley propia.

Impedimentos legales sí, pero los mismos que para hacer una Ley vasca de FP, y se acaba de aprobar; los mismos que para una Ley vasca de Educación, para la que la consejera Uriarte va a iniciar los contactos próximamente. ¿Le molesta que el Departamento de Educación se haya cerrado a hablar siquiera de una Ley vasca de Universidades?

-Creo que al rector le toca defender su postura y hablar de lo que cree que hay que hacer para mejorar la universidad, pero yo soy muy respetuoso con las decisiones que toma otra institución. Considero que es perfectamente defendible que un Gobierno Vasco decida ir por otros caminos; yo entiendo esto, lo cual no quita para que siga diciendo lo mismo que dije el primer día de mi segundo mandato, del mismo modo que ahora me reafirmo en la necesidad de esa ley a la luz de los acontecimientos de los últimos años.