berlín - El vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, considera que Alemania estaría en capacidad de acoger a unos 500.000 refugiados al año durante unos años por su buena situación económica. “Creo que nosotros podemos asumir de forma segura del orden de medio millón durante unos años”, declaró Gabriel, que también es líder del Partido Social Demócrata (SPD), a la cadena ZDF a última hora del lunes. “No tengo ninguna duda, quizá incluso más”, añadió. El vicecanciller resaltó que “Alemania es un país fuerte y compasivo” e incidió en que “simplemente tenemos una situación económica excelente”.

El Gobierno alemán espera recibir este año unas 800.000 solicitudes de asilo, cuatro veces más de las recibidas el año pasado. El Ejecutivo de Angela Merkel ha recibido elogios en los últimos días después de decidir permitir la entrada en el país de miles de refugiados que habían quedado atrapados en Hungría.

Por su parte, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, anunció ayer que Alemania destinará 6.000 millones de euros adicionales el año que viene a atender en distintos frentes la actual avalancha de refugiados que está llegando al país.

mantener el ‘déficit cero’ El titular de Finanzas avanzó esta cantidad, que agrega partidas como el refuerzo de las fuerzas de seguridad a los cursos de idioma, pasando por la atención primaria a peticionarios de asilo, en su intervención ante el Bundestag (cámara baja alemana) por la primera lectura de los presupuestos federales para 2016. Alemania, que espera recibir en este año la cifra récord de 800.000 refugiados según las últimas estimaciones del Ejecutivo, considera una “absoluta prioridad” atender esta tarea, dijo Schäuble. Además, subrayó el ministro de Finanzas, Alemania estará en disposición de afrontar este “reto” sin incurrir en nuevas deudas gracias al “consecuente saneamiento” del presupuesto nacional “en los últimos años”. Se trata, en un primer lugar, de habilitar unas 100.000 nuevas plazas para alojar a nuevos peticionarios de asilo en unas condiciones razonables de cara al invierno y asistir en sus necesidades básicas a los refugiados. Un segundo punto clave para Schäuble es la tramitación de las peticiones de asilo, para lo que se va a reforzar el número de funcionarios que trabajan en este proceso y el número de agentes de policía implicados en unos 3.000. Además, se va a dotar presupuestariamente tanto el proceso de devolución de aquellos cuya petición de asilo sea rechazada como a apoyar financieramente la integración de los que obtengan el permiso para residir en Alemania.

Para estos últimos, el Ministerio de Finanzas ha previsto recursos federales tanto para cursos de lengua alemana como ayudas para que los adultos puedan acceder al mercado laboral y para que los menores ingresen cuanto antes en el colegio.

“La tarea es ahora y la tenemos que financiar ahora y, si es posible, sin nuevas deudas. Para esto hay que reestructurar el presupuesto”, indicó Schäuble dando a entender que otras partidas han sido recortadas para dotar financieramente las relativas a los refugiados sin alterar el compromiso gubernamental del déficit cero.

La integración de miles personas con distinta cultura y religión, y con experiencias traumáticas a sus espaldas, es “un desafío que nadie debe minusvalorar”, afirmó el ministro, que consideró sin embargo que Alemania puede “aprovechar esta oportunidad” para su propia mejora. En este mismo sentido, el presidente del Bundestag, el también cristianodemócrata Norbert Lammert, afirmó al abrir el debate presupuestario que “este gran reto humanitario, político y cultural cambiará Alemania”.

Repartirse los refugiados No obstante, en Berlín insisten en el reparto obligatorio de refugiados entre todos los socios de la Unión Europea. La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó ayer que Europa necesita “cuotas vinculantes” para un reparto “justo” de refugiados y aseguró que trabajará “duro” para lograrlo, aunque por el momento reconoció estar “muy lejos” de ese objetivo. La jefa del Gobierno alemán realizó estas declaraciones en la rueda de prensa que siguió a su encuentro en Berlín con el primer ministro sueco, Stefan Löfven, centrado exclusivamente en la crisis migratoria que vive Europa.

“Necesitamos cuotas vinculantes”, aseguró la canciller, para precisar que el reparto debe decidirse según “ciertos criterios” para que sea justa, algo de lo que por el momento la UE está “por desgracia, muy lejos”.

Merkel abogó por una solución consensuada -al menos entre los 25 países de la UE que tienen una política de asilo común- y descartó en principio una decisión en el Consejo Europeo por mayoría, frente a las advertencias lanzadas en este sentido por la Comisión Europea (CE), aunque cueste más tiempo. “Tenemos que convencer a todos, aunque parezca difícil”, afirmó la canciller, que agregó que la “solución común “no será muy rápida”, pero llegará.

“No puede ser que algunos (países miembros de la UE) digan que tienen otras preocupaciones”, zanjó la jefa del Gobierno alemán tras asegurar que al fijar las cuotas se tendrá en cuenta tanto la “fortaleza económica” de cada país como “la tasa de desempleo”.

Ante el tamaño de la avalancha de refugiados que están llegando a Europa a través de Grecia e Italia, añadió Merkel, el acuerdo Dublín III, que afirma que los inmigrantes deben quedarse en el país europeo en el que ingresan en primer lugar, ha quedado desbordado.

La canciller destacó que tanto el plan para afrontar la crisis de los refugiados del presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, como la propuesta común franco-alemana y el programa de diez puntos del primer ministro sueco son muy similares. Estas iniciativas abogan por unas cuotas de reparto obligatorias, un registro en los países de entrada, unos estándares mínimos para la acogida de peticionarios de asilo y una lista de países de origen seguros (que excluiría a sus respectivos nacionales de poder solicitar asilo en la UE). - Efe