Bruselas - Bruselas quiere que el controvertido reparto de refugiados entre países europeos se convierta en un pilar de la política migratoria. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, propondrá a los Estados miembros un nuevo cupo de 120.000 demandantes de asilo para reubicar desde unos países a otros. La cifra triplica los 40.000 inicialmente propuestos en mayo y eleva a 160.000 el número total de refugiados sujetos a reubicación para aliviar a los países más presionados por el flujo de entradas.
El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, defendió ayer su gestión de la crisis de los refugiados, con la legislación en la mano, y culpó a Alemania del problema, mientras que la UE le instó a contribuir a una solución europea. En sus encuentros con los máximos responsables del Consejo Europeo, Donald Tusk, y del Parlamento Europeo (PE), Martin Schulz, el jefe del Ejecutivo conservador magiar se mostró molesto con las críticas europeas a las polémicas medidas que ha tomado para impedir la llegada masiva de refugiados e inmigrantes a su país.
Hungría ha levantado una alambrada y ahora construye una valla de mayor altura a lo largo de sus 175 kilómetros de frontera con Serbia y debate hoy en el Parlamento un paquete legislativo que establece penas de cárcel por entrar de forma ilegal en el país. Además, ha decidido bloquear la salida de trenes internacionales hacia Austria y Alemania tras permitir el lunes a los refugiados abandonar el país.
Orbán pidió que las instituciones comunitarias no critiquen a Hungría “por hacer lo que es su obligación, como figura por escrito en las regulaciones de la Unión”. El primer ministro se remitió a las regulaciones comunitarias como el espacio Schengen o Dublín -que establece que es el país comunitario al que llega el que debe identificar al refugiado y decidir sobre su asilo- para afirmar que “el control de las fronteras externas es responsabilidad y obligación de los estados miembros” y así lo ratificaron los gobiernos de la UE.
“nadie quiere quedarse” Para Orbán, el problema “no es europeo, sino alemán”, porque “nadie quiere permanecer en Hungría”. “No tenemos ningún problema con los que quieren quedarse, pero nadie quiere quedarse. Tampoco en Eslovaquia, ni en Polonia ni en Estonia. Todos quieren irse a Alemania y nuestro trabajo es registrar” a los refugiados, recalcó. “Tenemos unas regulaciones muy claras y los cancilleres de Austria, Werner Faymann, y de Alemania, Angela Merkel, han dicho claramente que nadie puede salir (del país de llegada) sin haber sido registrado”, añadió. En su opinión, su país solo “cumple la legislación”, que es proteger las fronteras externas, porque sin un control estricto Europa “invita” a los refugiados a venir al viejo continente. “Podemos discutir cuotas, pero sin proporcionar un control fronterizo eficaz y suficiente no tiene sentido hablar de otras cosas”, indicó. Según el primer ministro húngaro, crear la falsa impresión ante los refugiados de que todos pueden llegar a Europa sería un “fracaso moral”, por lo que la reacción “humana” es “decirles claramente que no vengan”.
El presidente del Parlamento Europeo respondió a Orbán que no es un problema repartir a 500.000 personas entre 507 millones de ciudadanos comunitarios, pero sí lo es si se deja a todas esas personas en solo algunos estados miembros. Para el político germano, “las medidas individuales no solucionan el problema” ni tampoco echar la culpa a Alemania en esta crisis. Eso, dijo, es una descripción de la situación, pero no una propuesta para una solución y es una postura “equivocada”, sostuvo, por lo que instó a Orbán a “ayudarnos a llegar a una solución europea” ante esta crisis. Tusk, por su parte, instó a Hungría y a los demás países de la UE a aceptar una “justa” redistribución de al menos 100.000 refugiados y a doblar sus esfuerzos, también en términos de financiación. El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, propondrá en su discurso sobre el estado de la Unión el próximo día 9 un nuevo reparto. - Efe/E.P.
personas. Más de 350.000 inmigrantes y refugiados han llegado en lo que va de año a la UE,
Sistema. Alemania y Francia apostaron ayer por un sistema obligatorio y permanente, que rechazan muchas de las naciones con fuertes flujos de inmigración.