Berlín - La canciller de Alemania, Angela Merkel, advirtió ayer de que el “desafío” aparejado a la masiva llegada de refugiados aún durará “un largo periodo de tiempo” y apuntó que si la UE no acuerda un reparto justo de estas personas, “muchos” pondrán en cuestión el acuerdo de Schengen. La canciller alemana realizó estas declaraciones en Berlín, pocas horas antes de recibir al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. En esta ocasión, el encuentro se produce en plena crisis migratoria de los refugiados sirios que cruzan el Mediterráneo o entran desde Turquía.

“Si no logramos una distribución justa de los refugiados, por supuesto que nos veremos obligados a revisar Schengen -el tratado de libre circulación de personas dentro de la Unión Europea-. Y eso es algo que no deseamos”, amenazó Merkel, durante la rueda de prensa en la que aludió al acuerdo sobre libre circulación que rige en el continente. La canciller también apeló a la unidad de Europa para hacer frente a la gran oleada de refugiados que llegan al continente huyendo de los conflictos en sus países. Para Merkel es importante la cooperación de “toda Europa” para hacer frente a la tragedia migratoria e insistió en que “Europa tiene que actuar de manera unida”.

“Se trata de establecer países seguros de origen, de abrir centros de registro de refugiados en Grecia e Italia, se trata de un reparto justo a través de cuotas y de luchar contra las condiciones que provocan la huida de la gente de sus países”, explicó. “La situación actual no es satisfactoria”, aseguró. “Soy consciente de que es un tablero grueso que hay que agujerear”, agregó. En su opinión, la cuestión migratoria destaca la importancia de la cooperación internacional y la importancia de la política exterior, como seguir intentando solucionar el conflicto en Siria o la situación en Afganistán. “Aquí es necesario llevar a cabo nuevas negociaciones con los talibanes”, aseguró.

Durante el encuentro con los medios, la mandataria alemana advirtió a los ciudadanos que no sigan a los “racistas o manifestantes de extrema derecha” en sus ataques contra los refugiados que llegan al país. “No sigan a los que convocan este tipo de manifestaciones. Con demasiada frecuencia tienen prejuicios, frialdad e incluso odio en sus corazones. Mantengan la distancia”, reclamó.

Merkel volvió a mostrar su preocupación por las imágenes que llegan estos días sobre los refugiados. “Lo que ocurre actualmente en Europa no es una catástrofe natural, pero existen un gran número de situaciones catastróficas”, indicó.

“Ocurren un sinfín de tragedias”, declaró con la mirada puesta en los refugiados que pierden la vida en su camino hacia una vida mejor, como los 71 cadáveres de refugiados descubiertos en un camión en una autopista austriaca la pasada semana, un hecho que calificó de “atrocidad” y que fue obra de traficantes de personas “sin escrúpulos”.

Los refugiados llevan mucho sufrimiento a sus espaldas cuando llegan a Alemania, recordó. “La mayoría de nosotros no conocen por fortuna las condiciones de los refugiados que llegan a nuestro país”, afirmó e insistió en que existe en el país una ley sobre asilo para los perseguidos políticos y para los que huyen de una guerra civil.

Le Pen reclama las fronteras Mientras Alemania se encuentra desbordada actualmente por la gran oleada de refugiados, que se espera que llegue a la cifra récord de 800.000 este año, la líder de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen, reclamó ayer el restablecimiento “urgente” de las fronteras en el interior de Europa para controlar la inmigración, y dijo que la situación actual de entradas no es más que “el comienzo de la ola”.

“Estoy aterrorizada por el laxismo de nuestros gobernantes”, declaró Le Pen en una entrevista al canal iTélé, en la que repitió que “es urgente restablecer nuestras fronteras nacionales”. Añadió que “desde el momento en que se acepta a un (inmigrante) clandestino, son dos o tres los que se preparan para venir desde el otro lado del Mediterráneo”.

La líder del ultraderechista Frente Nacional (FN) criticó las declaraciones del primer ministro francés, Manuel Valls, en favor de dar acogida a los refugiados, y puntualizó que “la mayor parte de los que vienen no son refugiados políticos”. Señaló que “el derecho de asilo es tan flexible que se ha convertido en una segunda vía de inmigración clandestina”, que hay “miles (...) e incluso decenas de miles” de demandantes que ven rechazadas sus peticiones y, de ellos, “sólo un 1%” son expulsados a sus países, de forma que el resto se queda en Francia como sin papeles.

“Un país soberano necesita controlar sus fronteras”, subrayó Le Pen al ser preguntada por el muro construido por Hungría en la frontera con Serbia para tratar de impedir la entrada irregular de extranjeros.