Bilbao - Los últimos jóvenes que siguen ingresados en Lille como consecuencia del siniestro sufrido por el autobús en el que viajaban de Bilbao a Amsterdam regresarán al País Vasco durante este próximo fin de semana. Así lo expuso ayer el consejero vasco de Salud, Jon Darpón, en una entrevista en Radio Euskadi. Los cuatro que permanecerán en el hospital de Lille hasta finales de semana presentan una evolución favorable, pero las contusiones y lesiones padecidas aconsejan que no se lleve a cabo, de momento, el traslado.
Darpón precisó que prácticamente todos se quedarán en sus respectivos domicilios, sin que sea necesario su ingreso en hospitales vascos. Si bien en un primer momento las informaciones apuntaban a que el estado de salud de varios de ellos era muy delicado, la rápida intervención de los servicios de emergencia franceses y la atención prestada ha contribuido a que, paulatinamente, el parte médico de esos jóvenes haya experimentado una mejora. En cualquier caso, algunos de los heridos en ese suceso han tenido que ser intervenidos quirúrgicamente (de una rotura de mandíbula, por ejemplo) lo que ha obligado a retrasar su regreso.
El accidente se registró en la madrugada del pasado domingo cuando 59 personas, en su mayoría de entre 18 y 29 años, viajaban en un autobús con destino a Amsterdam, donde tenían previsto pasar una semana de vacaciones en un camping cercano a esta ciudad en un viaje organizado por la agencia Livingstone. Al pasar por un túnel demasiado bajo de la localidad de Lille, al norte de Francia, el autobús se quedó sin techo, que quedó arrancado de cuajo.
La Fiscalía ha imputado al conductor, de 59 años, por un presunto delito de “heridas involuntarias” y “violación deliberada de una obligación particular de seguridad o prudencia”. El chófer, que se encuentra en libertad con cargos, podrá volver a ejercer su actividad en el Estado pero no en Francia, hasta se celebre el juicio dentro de entre 12 y 18 meses. Podría recibir una pena de tres años de cárcel y 45.000 euros de multa en el caso de la “violación manifiestamente deliberada” de la obligación de seguridad o prudencia, y una sanción de 1.500 euros por las heridas involuntarias. - Efe