BILBAO. El CES recoge estas reflexiones en la Memoria Socioeconómica de la Comunidad Autónoma Vasca correspondiente a 2014, que ha sido presentada este jueves en Bilbao por el presidente del Consejo, Francisco José Huidobro, junto a Inmaculada Gallastegui y Leire Ozerin, responsables de la comisión que la ha elaborado.

El Consejo Económico y Social señala que, a pesar de los "signos de incertidumbre" de la actual situación, se ha dado "un punto de inflexión" en 2014 con una tendencia hacia la recuperación de la actividad económica. No obstante, en palabras de su presidente, es "conveniente ser cautos y seguir la evolución de los indicadores" en el corto y medio plazo.

En el caso de Euskadi, cuya economía creció un 1,2% el año pasado, el estudio señala que "la información coyuntural confirma un escenario de retorno al crecimiento, con un incremento de la demanda interna, soportado por una tendencia a la recuperación del empleo, al desapalancamiento de empresas y familias vascas, a la reducción del coste de financiación, al efecto arrastre del sector exterior y a la restauración de la confianza".

Entre las preocupaciones del CES en este campo, cita la dimensión del tejido empresarial vasco, sobre el que "es preciso no solo reflexionar, sino actuar". El Consejo recomienda que las políticas públicas se dirijan "particularmente" hacia la reindustrialización con el objetivo de "retornar a la cuota del sector industrial en el PIB" anterior a la crisis.

En el escenario de recuperación previsto y "con los ejes de la especialización industrial y la generación de empleo de calidad", considera "imprescindible dar un salto del nivel tecnológico del valor añadido bruto". Asimismo, apuesta por "redoblar esfuerzos" en la mejora de la posición competitiva de la economía vasca, que podría "resentirse ante una eventual desaparición de los factores externos actualmente favorables" como la depreciación del euro y los bajos precios del petróleo.

El estudio resalta, por otro lado, que tras quince años de generación de empleo, entre 2009 y 2013, se perdieron casi 100.000 puestos de trabajo en Euskadi, el 10% del total. En 2014 se produjo un "punto de inflexión positivo", aunque advierte de que solo el 5% de los contratos suscritos tuvieron carácter indefinido y la contratación parcial duplica las cifras anteriores a la crisis, con una media de 32 días por contrato.

También recuerda la evolución negativa del desempleo, pese a la estabilización del empleo, como consecuencia del aumento de la población activa. De este modo, la tasa de paro ronda el 15% y, entre los datos negativos, destaca el incremento del desempleo de larga duración de un 57,4% de las personas paradas a un 65% entre 2013 y 2014, y, por tanto, del vencimiento de los periodos de prestación por desempleo.

En este contexto, el CES opina que las políticas activas de empleo "cobran aún mayor relevancia como elemento clave para el acceso al mercado de trabajo y el logro del bienestar social".

El estudio recoge, además, que el desempleo entre los jóvenes menores de 30 años se ha quintuplicado desde el inicio de la crisis y se sitúa "lejos" de los países de referencia de la Unión Europea.

Por otro lado, advierte de que los datos de negociación colectiva de 2014 "refuerzan el estancamiento y la falta de dinamismo que atraviesa", a pesar de lo cual la "conflictividad" laboral ha disminuido "drásticamente".

AUMENTA LA POBREZA

El CES señala de que Euskadi no ha sido "ajeno a los efectos de la crisis", de manera que la pobreza real alcanza al 5,9% de la población, unas 127.000 personas, con un incremento de 1,7 puntos porcentuales respecto a 2008, mientras que la ausencia de bienestar (que se asocia a necesidades de gasto para el mantenimiento del nivel mínimo de bienestar en nuestra sociedad) se cifra en el 11,5% de la población, casi 250.000 personas.

El Consejo advierte de las consecuencias de la crisis, "que empieza a comprometer en el último bienio los avances observados hasta 2008", si bien señala que el riesgo de pobreza y exclusión se mantiene en "unas tasas relativamente reducidas", según el baremo de la UE.

En este sentido, destaca el "esfuerzo colectivo" de la sociedad vasca para generar "estructuras de protección social y mecanismos de redistribución, que permiten grados elevados de cohesión social", que el CES aboga por mantener.

El Consejo destaca la incidencia de la crisis en el colectivo de jóvenes, así como el deterioro de las condiciones de vida de las familias inmigrantes, especialmente, de las personas de origen extracomunitario, cuyas tasas de pobreza se acercan al 50%.

También advierte de que la situación de las personas mayores ya que la esperanza de vida en Euskadi ha aumentado "en gran medida a costa de una mayor esperanza de vida con discapacidad", sobre todo en las mujeres. En su opinión, esta situación pone de relieve "la necesidad de políticas públicas que fomenten el envejecimiento activo, dado que ello puede generar nuevas formas de integración social de las personas adultas, así como nuevos nichos de actividad económica".

El informe incide en que Euskadi ocupa una posición "favorablemente destacada" en el contexto europeo en materia de protección social y celebra que el sistema vasco de garantía de ingresos mantuvo el pasado año su "esfuerzo" tanto en gasto como en personas beneficiarias.

En este sentido, destaca que la CAV concentra el 41,8% del total de fondos del Estado y posee una cobertura del 34 por mil frente a 5,48 por mil de la media nacional. El sistema vasco, según ha explicado el presidente del CES, se estima que permite reducir la pobreza en torno a un 39%.

No obstante, el CES cree que el sistema precisa "favorecer el tránsito al empleo, mejorando su integración con las políticas activas", sobre todo en el corto plazo porque "aumentarán las necesidades de protección" por el incremento de personas desempleadas que han agotado sus prestaciones por desempleo.

En materia educativa, los indicadores vascos resultan, en palabras de Huidobro, "bastante satisfactorios". Sin embargo, el Consejo advierte de que la matriculación en Formación Profesional sigue siendo inferior a la de Bachillerato, así como de la menor participación de la mujer en los estudios profesionales, sobre todo, en aquellos de perfil técnico, que tienen una mejor inserción laboral.