BILBAO. El estudio pone en evidencia la fuerte dependencia que existe entre la conectividad estructural y las redes de conectividad funcional.
La investigación ha sido liderada por el Grupo de Neuroimagen Computacional y la Plataforma de Biomedicina Cuantitativa del Instituto de Investigación Sanitaria BioCruces.
Según ha informado BioCruces, la interacción funcional entre diferentes regiones del cerebro "es esencial" para su buen funcionamiento. También ha asegurado que "se estima que el 20% de la energía consumida por una persona la utiliza el cerebro para establecer y mantener estas conexiones".
Asimismo, BioCruces ha afirmado que muchos estudios realizados hasta la fecha, se han llevado a cabo para "entender el funcionamiento del cerebro y su organización estructural pero todavía nos queda mucho por saber".
Este nuevo estudio, liderado por Jesús M. Cortés, profesor Ikerbasque en el Instituto de Investigación Sanitaria BioCruces y colaborador académico del Departamento de Biología Celular e Histología de la UPV/EHU, aporta "algo de luz" al problema. El trabajo se ha publicado en la "prestigiosa" revista Nature Scientific Reports y su primer autor es Ibai Díez, ingeniero de telecomunicaciones, también de BioCruces. El estudio combina técnicas en la frontera de tres disciplinas como son la neurociencia, el procesado de imagen y la teoría de redes.
En particular, se han fusionado datos estructurales y funcionales del cerebro a gran escala para analizar cómo se organiza. Como resultado del análisis, se ha conseguido "particionar" el cerebro en un atlas que sigue un patrón funcional y estructural común.
"Esta es la primera vez que se genera un atlas cerebral combinando datos estructurales y funcionales; hasta ahora, los atlas usados eran puramente estructurales anatómicos o puramente funcionales", han explicado.
Según ha declarado BioCruces, "gracias a esta nueva partición del cerebro, se pone por primera vez en evidencia la fuerte dependencia que existe entre la conectividad estructural y las redes de conectividad funcional".
El atlas es "robusto y persistente" y se ha validado con datos en otros sujetos y en diferentes máquinas de resonancia magnética.
Además el Instituto BioCruces ha afirmado que "son muchas las patologías neurológicas que afectan al sistema nervioso central".
"Una buena parte tiene un origen estructural como los traumatismos craneoencefálicos o las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson que se originan por una pérdida significativa de fibras", ha explicado. Otras, según ha detallado, pueden tener un "origen funcional, como un simple dolor de cabeza, una migraña o incluso un ataque epiléptico".
Asimismo, según ha asegurado BioCruces, el nuevo atlas se ha obtenido con "datos de sujetos sanos". En este momento, se están estudiando alteraciones de cada una de estas regiones provocadas por el envejecimiento o por un traumatismo craneoencefálico moderado-severo.
A partir de ahora, el estudio de alteraciones en las distintas regiones del atlas puede abrir vías alternativas para comprender diferentes patologías, ya que anomalías en regiones del atlas indican desbalance en la función y/o estructura del cerebro al mismo tiempo.
Por último, el Instituto BioCruces ha informado que esta iniciativa sitúa esta investigación en "lugares de élite internacional", como es el caso del presente estudio donde también han colaborado las universidades de Granada, Bari (Italia) y Tel Aviv de Israel.