Bilbao- Mindfulness, educación emocional, inteligencias múltiples, psicología Gestalt, conductivismo, non cognitive skill, psicología positiva... El filósofo y pedagogo José Antonio Marina (Toledo, 1939) sostiene que la especialización de la psicología ha fracturado tanto al ser humano que es imposible ofrecer una buena educación aplicando todas las teorías existentes en una suerte de “pedagogía de la hamburguesa” en la que todo cabe, ya que no lo abarcan todo. ¿Es posible un modelo de inteligencia integral? Sí. Esta semana Marina ha presentado en ICOT Bilbao 2015 la Teoría Ejecutiva de la Inteligencia, la respuesta desde la educación al barullo de la ciencia. A sus 76 años recién cumplidos “puedo ser absolutamente revolucionario”, dijo el martes ante un Auditorium del Palacio Euskalduna abarrotado de profesionales ávidos por conocer este nuevo modelo pedagógico, fruto del trabajo realizado junto a Carmen Pellicer y su equipo en la Cátedra Nebrija Santander. Esta teoría se asienta en la mejora de las once funciones ejecutivas del cerebro identificadas que dirigen las ideas, los sentimientos o deseos que operan de forma inconsciente en lo que llama inteligencia computacional o “fuente de ocurrencias”. Dicho de otro modo, la inteligencia ejecutiva es la que le dice a una persona que tiene que ir al trabajo, cuando lleva veinte minutos en la cama buscando excusas para no hacerlo. Es la que le lleva a comer una ensalada, cuando lo que realmente quiere comer es un bocata de chorizo de cantimpalo. Capacidad de autocontrol al servicio de unas metas concretas aplicadas al individuo y, en especial, al proceso de aprendizaje. De esto y de mucho más versa la Teoría Ejecutiva de la Inteligencia del profesor Marina. Y todo apunta a que dará qué hablar.

Reivindica un “golpe de mano” desde la educación para acabar con la fragmentación de las teorías sobre la inteligencia en psicología. ¿Es posible crear una teoría de la inteligencia integral?

-Sí, no solo es posible sino que es necesario porque el sujeto humano convive con sus diferencias internas pero funciona como un todo, muchas veces fracturado, pero es un todo. Y además porque cada vez que decimos -hasta constitucionalmente- que tenemos que educar integralmente a nuestros chicos ¿qué estamos diciendo? La psicología como ciencia ha seguido el destino de todas las ciencias, se ha sido especializando y profundizando en cosas muy pequeñitas de modo que en estos momentos tenemos una cantidad gigantesca de información fragmentada que nadie se toma el trabajo, humilde pero enorme, de organizarla. Recibo muchas revistas de investigación en neurología, son cosas cada vez más detalladas y yo me planteo... ¿Esto lo puedo integrar en un modelo que lo haga útil y operativo?

Desde la Cátedra Nebrija acaban de poner sobre la mesa un nuevo modelo, no sé si definitivo, que han llamado de inteligencia ejecutiva. ¿Qué propone?

-Lo que sabemos del cerebro es que tiene muchas funciones -sensoriales, motoras, de cálculo y de memoria- que funcionan sin que sepamos cómo lo hacen y que llamamos inteligencia computacional. Nosotros solo sabemos de sus resultados. Es decir, no sabemos por qué una persona está deprimida, pero siente que está deprimida; no sabemos cómo tomamos las decisiones, pero tomamos decisiones; no sabemos cómo movemos las piernas, pero movemos las piernas ? Todo esto es una parte muy importante del cerebro, que en los animales lo ocupa prácticamente todo. Pero en el ser humano hay otra parte, que son los lóbulos frontales, que se encarga de dirigir esa inteligencia, de modo que la inteligencia humana no solo puede recordar sino que puede decidir qué es lo que quiero recordar; no solo puede ver, sino que puedo decidir qué quiero ver o qué quiero buscar; no solo puede atender de una manera automática a estímulos muy fuertes, sino que puedo decidir a qué voy a prestar atención. Básicamente, el modelo integra estas dos partes de la inteligencia humana: la parte generadora de ocurrencias y otra que intenta dirigir esas ocurrencias.

Ponga un ejemplo.

Los niños impulsivos tienen la parte de las ocurrencias demasiado potente y carecen de ese sistema de control ejecutivo. En último término, lo que caracteriza la inteligencia humana es su capacidad para gestionar su propio cerebro. Pero se puede aprender a gestionar el propio cerebro, que es lo que estamos intentando explicar para hacerlo en cada uno de los niveles de la enseñanza.

Además de elaborar esta nueva teoría se han planteado el gran reto de introducirla en el currículum para su aplicación en el aula.

-Sí. En un sistema educativo, lo que no se hace a través del currículum no se hace porque no podemos multiplicar las horas y empezar con cursillos.... Por ejemplo, una de las funciones ejecutivas importantes es ser capaz de dirigir la atención y eso debe hacerse desde la primera infancia. Y es que en muchos de los casos que estamos diagnosticando de déficit de atención vemos que son niños que no han aprendido a fijar la atención. Y esa es una función ejecutiva que se puede enseñar. La impulsividad. Controlar la impulsividad es algo que el niño aprende porque todos los niños cuando nacen son impulsivos y hay niños que aprenden a controlar sus impulsos y otros que no. Mantener el esfuerzo, igual, también se aprende. Otro ejemplo, los niños y los adultos sienten emociones espontáneamente, pero nosotros sabemos que no solo se pueden controlar esas emociones, sino que podemos cambiar los esquemas de los que proceden, es decir, podemos educar en la valentía y evitar que se aprenda en la cobardía o vivir con miedos.

¿Y de qué herramientas dispone un profesor para aplicarlo?

-Educar al cerebro en las funciones ejecutivas se puede hacer en clase. Por ejemplo, los movimientos de lectura y escritura son aprendizajes que están reformulando todo el cerebro del niño. Y si lo hacemos bien están aprendiendo a fijar la atención, al tiempo que a leer y escribir. Debemos estructurar la memoria para que sea fácil encontrar después los recuerdos, debemos hacerlo bien porque sabemos que cuando un concepto nuevo se integra dentro de varias redes se va a encontrar con más facilidad. Vamos a hacer que el currículum esté preparando al niño para transferir los conocimientos aprendidos en una asignatura a otra asignatura, algo que en estos momentos no se hace, porque las asignaturas son departamentos estancos. Si enseñamos bien las asignaturas podemos preparar la memoria para que se dé ese tránsito con mucha más facilidad.

Para usted la autorregulación es la clave de la inteligencia. ¿Pero mejora el rendimiento escolar o solo el personal?

-La autorregulación es un indicador más preciso que el del coeficiente intelectual. Todos los estudios, de casos particulares que se han seguido durante más de treinta años, nos indican que la capacidad de autorregulación es mejor predictor del éxito que los teses de inteligencia.

¿A qué se refiere?

-El niño tiene que ir controlando su propio aprendizaje, aplazando la recompensa, tiene que mantener el esfuerzo... y todas esas son funciones ejecutivas. El niño que no lo hace acaba por aprender lo que casualmente tiene a su alrededor, pero no puede dirigir su aprendizaje. Una de las razones por las que creo que este modelo debe pasar a la escuela es porque, entre otras cosas, favorece el éxito escolar de los alumnos. La metacognición, por ejemplo, que es que el niño reflexione sobre cómo ha llegado a conocer las cosas o a resolver un problema. Esto parece un bobada, pero cuando el niño se da cuenta de que el aprendizaje es una cosa que depende de él, estudia de otra manera y de una manera mucho más eficaz.

¿No se enseña a los niños a razonar?

-Resolver un problema no es un misterio: A ver, el problema te va a salir si tú quieres. La cuestión es saber lo que tienes que hacer. Estas son cosas que los buenos maestros están haciendo ya. Lo que proponemos con nuestro método es darlo de una manera justificada metodológicamente y muy armónica. Hemos identificado once funciones ejecutivas que intervienen en todos los procesos de crecimiento y de aprendizaje.

¿Está diciendo que trabajando esas once funciones ejecutivas se puede ampliar la inteligencia tanto en niños como en adultos?

-Efectivamente. Mejorar las funciones ejecutivas es esencial para mejorar la inteligencia humana y para transformar nuestra naturaleza animal en un ser humano civilizado.

Y de una teoría salida del horno a la realidad. ¿Cómo debe ser la escuela de hoy en día?

-Hemos entrado en la sociedad del aprendizaje en la que todos vamos a tener que estar aprendiendo siempre y las escuelas deben enseñar al niño tres cosas fundamentales. Uno, la instrucción, el niño tiene que saber cosas. Dos, la formación del carácter, tiene que desarrollar sus capacidades -entre ellas las funciones ejecutivas- para actuar debidamente, para fijar y alcanzar sus propias metas, para controlar su conducta, para no meterse en problemas, para ser capaz de resistir la presión del grupo. Y en tercer lugar, debemos mantener en los niños la pasión por aprender porque van a tener que seguir aprendiendo siempre. Si hacemos que los niños se retraigan de aprender porque lo confunden con estudiar, que es una cosa desagradable, se van a descolgar.

El mundo educativo ha avanzado lento, pero las tecnologías de la información imponen igualar ese ritmo a la velocidad a la que se mueve la sociedad. ¿Qué papel debe jugar la escuela para no degenerar en el hacking o crear la generación del corta y pega?

-Entre otras cosas tenemos que saber muy bien cuáles son los procesos de aprendizaje y debemos situar bien para qué sirven las nuevas tecnologías. El uso que estamos haciendo hoy en día de las nuevas tecnologías es muy bobo porque estamos enfocando las TIC como un modelo de acceso a muchísima información. ¿Pero para qué les sirve a los estudiantes estar conectados a internet si no comprenden lo que leen? Tenemos que distinguir cuáles son las habilidades que tiene que tener el niño y cuáles facilitan internet o las TIC. Un burro conectado a internet sigue siendo un burro. Lo que nos interesa es educar muy bien a los niños y a los adultos para que se aprovechen de los beneficios de internet.

Desde su punto de vista, ¿cuál es la principal ventaja que la tecnología brinda a la educación?.

Mire, no estamos usando las TIC para lo que realmente son interesantes, para que los chavales se involucren en su proceso de aprendizaje. Nosotros arrastramos un problema, y es que normalmente un profesor se ajusta a la velocidad media de aprendizaje, por lo que se descuelgan los que aprenden más lentos -que pueden ser muy inteligentes- y se descuelgan los que aprenden más rápido, que son los niños con altas capacidades. Lo que nos permiten las TIC es adaptar el programa general a la velocidad de aprendizaje de cada niño. Pero para eso tenemos que utilizar de una manera mucho más inteligente pedagógicamente las TIC. Y ahora estamos haciendo una chapuza. Se dice: Ahora todo por ordenador, no hay libros de texto. ¡No, oiga! Vamos a poner un poquitín de orden y vamos a ver exactamente qué es lo que tiene que aprender primero el niño y si el uso del ordenador se lo facilita o se lo complica.

José Ignacio Wert se acaba de marchar dejando un reguero de frentes abiertos, como la Lomce. ¿Qué mensaje le mandaría al nuevo ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo?

-Al nuevo ministro le diría que se diera cuenta de la complejidad del sistema educativo español y que aceptara un reto que espero que los ciudadanos también comprendan. Un sistema como el español con un presupuesto como el que teníamos antes, del 5% del PIB, puede convertirse en un sistema de alto rendimiento en un plazo de cinco años. Y sabemos cuál es la hoja de ruta porque lo han hecho otros países, no hay que inventar nada, hay que aprender de lo que han hecho antes que nosotros. Un ministro y un gobierno que no se comprometan a hacer en cinco años lo que para mí es un sistema de alto rendimiento - reducir el abandono escolar al 10%, mejorar 35 puntos en PISA y aumentar el porcentaje de alumnos excelentes- es un ministro y un gobierno que no merecen estar ahí.

Tras las elecciones generales de otoño se vislumbra un cambio político. ¿Confía en que los partidos del Estado español, después de 30 años, alcancen un consenso mínimo en torno a la educación?

-No (tajante).

¿Por qué es tan difícil en España llegar a ese acuerdo básico?

-Porque en España desde el siglo XIX la educación está profundamente ideologizada por cuestiones religiosas o por cuestiones políticas. Y por decirlo de una manera suave, la ideología es a la educación lo que la mixomatosis al conejo... se muere.