MADRID - El nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, juró ayer su cargo. Hasta ahora era secretario de Estado para la Unión Europea, después de una trayectoria de casi veinte años como europarlamentario. Sustituye a José Ignacio Wert, en el cuarto ajuste ministerial que lleva a cabo Mariano Rajoy desde su llegada a la jefatura del Gobierno. Méndez de Vigo es una persona desconocida para la comunidad educativa, que está en pie de guerra por los recortes y la implantación de la Lomce. Y es que Wert se ha ido pero su herencia sigue vigente.
Moderado, dialogante y experto en temas europeos. Este es el perfil escogido por el presidente Rajoy para relevar al polémico Wert, cuando quedan escasos meses para el final de la legislatura. Nacido en Tetuán (Marruecos), Méndez de Vigo es hijo de militar y por línea materna nieto de la escritora Carmen de Icaza, a quien sucedió en el título de Barón de Claret. El nuevo ministro no adelantó cuáles son sus intenciones al frente de Educación. El que sí habló fue el presidente Rajoy. Y a tenor de sus palabras no parece que la llegada de Méndez de Vigo al Ministerio vaya suponer un giro en las políticas del Gobierno.
Rajoy apuntó ayer que en este momento “las prioridades” son “continuar la puesta en marcha de la reforma de la ley de Educación”, el “tema más importante”, y “continuar trabajando en dos de los grandes proyectos de esta legislatura”: el aumento de la proporción de estudiantes que optan por la Formación Profesional y “seguir introduciendo” la Formación Profesional dual.
Peticiones de diálogo La salida de Wert no dejó ayer indiferente a nadie. Sindicatos, estudiantes, patronales educativas, familias y partidos de la oposición coincidieron en pedir al nuevo ministro que abra una etapa de diálogo. La consejera vasca de Educación, Cristina Uriarte, consideró una “buena noticia” el relevo de Wert y deseó que su sucesor tenga un talante más dialogante y escuche a la comunidad educativa. En los pasillos del Parlamento Vasco, Uriarte mostró su alegría por la marcha de Wert, al que calificó como “un mal ministro” al haber “impuesto una ley totalmente retrógrada que ha recabado el rechazo de toda la comunidad educativa y los partidos”. Asimismo, manifestó su deseo de que el nuevo ministro, “tenga un poco más de cintura”, aunque también reconoció no tener “muchas esperanzas” en que se vayan a producir cambios a corto plazo en la forma de actuar del Ministerio. Por ello, Uriarte consideró que la primera tarea del ministro debe ser “escuchar a la comunidad educativa” para tratar de revisar la aplicación de la Lomce antes de que termine la legislatura.
Los sindicatos de docentes (STES, CSIF, CCOO y UGT) reclamaron a Méndez de Vigo que abra el diálogo con la comunidad educativa que no mantuvo su predecesor y que cambie las actuales políticas en beneficio de la educación pública. El Sindicato de Estudiantes se felicitó de la salida del “impresentable” Wert, al que acusaron de “intentar destruir la educación pública fuera como fuese, para abrir las puertas de par en par a los que pretenden hacer de la educación un suculento negocio para unos pocos en lugar de un derecho para todos”. Para los universitarios de la CREUP es indiscutible que su legado “es una destrucción total de la igualdad de oportunidades”. Por su parte, varios portavoces de Educación de los grupos de la oposición -como los del PSOE, IU o Podemos- solicitaron al nuevo ministro que paralice la implantación de la Lomce el curso que viene. Y la portavoz jeltzale de Educación en el Congreso de los Diputados, Isabel Sánchez Róbles, pidió al recién llegado que “practique la escucha activa”.