MADRID. Aunque la investigación aún no ha finalizado, se han tomado los resultados proporcionados por 4.800 personas de todo el país. Así, por edad se observa que, mientras apenas un 7% de los niños de entre 3 y 8 años y un 9% de los adultos de 9 a 18 años sufre alguna enfermedad crónica, un 23% de los que cuentan con entre 19 y 64 años y un 61% de los mayores de 65 años sí las padecen.
Aunque las enfermedades crónicas suelen asociarse a los grupos de edad más avanzada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que más de 16 millones de las muertes en el mundo atribuidas a este tipo de dolencias se producen en personas menores de 70 años.
Con motivo de la publicación de este estudio recuerdan que tanto los niños como los adultos y los ancianos son vulnerables a los factores de riesgo que favorecen este tipo de trastornos: las dietas insanas, la inactividad física, la exposición al humo de tabaco o el consumo excesivo de alcohol.
Desde Eroski destacan que los problemas de salud crónicos están muy relacionados con el patrón de alimentación. "De modo que lo habitual es pensar que las personas que padecen un problema crónico de salud modifican su dieta como parte del tratamiento o para prevenir problemas asociados", reiteran.
Sin embargo, añaden, "nada más alejado de la realidad". Según el estudio, solo el 11% de los encuestados afirma haber cambiado su dieta habitual en los últimos 6 meses como consecuencia de problemas crónicos de salud.
Por edad, destacan los mayores de 65 años, el 24% cambia su patrón de alimentación. Concretamente, la mayor parte de las personas entrevistadas asegura haber reducido los alimentos ricos en grasas, así como la ingesta de sal. También reducen los alimentos ricos en azúcares y la cantidad de alimentos consumidos en general.