Cómo convivir sin que nos matemos los unos a los otros. Eso es, precisamente, lo que estudian 240 alumnos en el grado de Criminología en la UPV/EHU: las interrelaciones que existen entre lo que se conoce como delincuencia, control social y victimización. “La idea principal es que si comprendemos las causas del delito podríamos disminuir el número de actos delictivos”, recalca Gema Varona, profesora de Criminología de la UPV/EHU. Pero, tal y como admite, es más fácil decirlo que hacerlo. “Tratar con personas es complicado y más cuando algunas conductas que analizamos producen mucho daño a la gente, como la violencia sexual”.
Por ello, los criminólogos no se limitan únicamente a la intervención una vez acaezca el problema. Tanta o más importancia le dan a la prevención del acto delictivo y a la reparación y la reinserción de la víctima y el delincuente. “Al final, lo que intentamos es aportar soluciones más justas desde el punto de vista de los derechos humanos”, explica Varona.
Medicina forense, derecho, psicología, antropología. “Para estudiar y tratar de resolver los problemas hay que abordarlos desde todas sus vertientes”, apunta Varona. Sin embargo, añade que esa interdisciplinaridad, si bien es necesaria a la hora de entender la interrelación existente entre problemas complejos, también es un arma de doble filo. “Es complicada la salida laboral sin una especialización previa”. Aun así, resalta que el abanico de posibilidades no es menos importante: un criminólogo puede trabajar desde asesor en materia de control y seguridad de los ayuntamientos y de otras instituciones hasta de policía una vez haya opositado, y todo ello sin olvidar la seguridad privada o el peritaje criminológico. “Al no tratar únicamente la intervención, sino también la prevención y la reparación y reinserción, hay muchas vertientes por donde tirar”.
Pero para que todo este esfuerzo y formación dé sus frutos Varona opina que las autoridades también tienen que aportar su granito de arena y no mantenerse a la cola en esta disciplina. “En el Estado español tenemos una justicia que va a caballo cuando todo lo demás va en un coche de carrera”, critica. Una prueba, sin ir más lejos, sería Ley de Enjuiciamiento Criminal, que data del siglo XIX. “Resulta inexplicable que no se haya modificado todavía”. Por no hablar de la carencia de medios que dificulta la adecuada investigación de delitos de cuello blanco, como la corrupción. “Hay que adaptarse a la realidad cambiante”.
La criminología es una ciencia relativamente joven -su origen data del siglo XIX-, pero expertos en el tema como Varona aseguran suscita gran interés. “Pese a ser poco conocida, es innegable que la delincuencia y su estudio producen gran fascinación social”. Como ejemplo señala la proliferación de películas y series como CSI o los best sellers de crímenes. “Sabemos que nunca vamos a poder dar con una fórmula que explique de manera total la delincuencia, pero podemos minimizarla y, sobre todo, tratar mejor a las víctimas”.
Delito como construcción social Lohitzune Zuloaga es una socióloga experta en políticas de seguridad, una de las ramas de las que se nutre la criminología. Según explica, lo que trata la sociología dentro de los estudios criminológicos es conocer los factores económicos, políticos y culturales que pueden servir para explicar el comportamiento delictivo, las situaciones de las víctimas y los métodos de control social por parte de las instancias de poder. “Pero sobre todo hacemos balance e interpretamos el éxito o fracaso de las medidas de prevención de la delincuencia”.
Para ello, los sociólogos entienden tales fenómenos no como algo inalterable, sino como procesos complejos compuestos por múltiples elementos; es decir, como aquello que las personas cometen fruto de un determinado tipo de condiciones. Como ejemplo, Zuloaga señala el delito: “Mientras que en el derecho es todo aquello que esté tipificado en el Código Penal, la Sociología trasciende esa visión y considera el delito una construcción social”. Otro tema que también considera de interés es el control social ejercido por parte de las instancias de poder: “Es importante observar y estudiar como se reacciona frente al delito”.
Además de la sociología, una de las ramas que más interés suscita entre los alumnos según los propios maestros es la medicina forense -también llamada medicina legal-. “Por la naturaleza de la materia, los alumnos ven inmediatamente sus aplicaciones y el aula siempre está a rebosar”, comenta, orgulloso, Francisco Etxeberria Gabilondo, profesor de Medicina Legal en la UPV/EHU. Mientras que la criminología explica el por qué, la criminalística -ciencia a la que pertenece la medicina forense- estudia el cómo.
Asimismo, Etxeberria comenta que la medicina legal no trata únicamente la patología forense -las autopsias- sino que su marco de acción se amplía a la psiquiatría forense y la valoración del daño corporal de sujetos vivos. “No solo nos dedicamos a abrir en canal a los muertos, como la gente piensa”.
El año pasado salió la primera promoción de criminólogos de la UPV/EHU y para este curso se espera que completen el grado 60 estudiantes más. Aunque según muchos profesores su salida al mercado laboral es “complicada”, Etxeberria se muestra optimista: “Se necesitan profesionales que revisen, analicen y reflexionen los problemas de manera integral”. Asimismo, abunda en que el resto de los profesionales, como los psicólogos o los médicos forenses, se han especializado tanto en su “parcela de conocimiento” que han perdido la visión del conjunto. “Y la realidad consta de todas las ciencias”. Para él, el punto fuerte de los criminólogos reside en que son profesionales multidisciplinares.