berlín - El copiloto de Germanwings sospechoso de haber estrellado de forma deliberada el avión en los Alpes franceses buscó en Internet hasta la víspera de la tragedia información para suicidarse y también sobre los mecanismos de seguridad de las puertas de las cabinas. Nuevas informaciones difundidas ayer por la fiscalía de Düsseldorf, la ciudad de destino del vuelo 4U9525 que partió de Barcelona con 150 personas a bordo, refuerzan las sospechas de que Andreas Lubitz, el copiloto del avión, actuó premeditadamente e incluso planificó su suicidio. Desde el 16 de marzo y hasta el día anterior a la tragedia había estado buscando en Internet modos de suicidio y cómo llevarlo a cabo, de acuerdo con el material hallado en una tableta incautada por la fiscalía en uno de los domicilios de Lubitz. El nombre del usuario, la correspondencia personal y el historial de búsqueda permiten deducir que la tableta fue usada en ese periodo de tiempo por el copiloto.

En ese historial, que no había sido borrado, se ha comprobado que durante “varios minutos” y al menos en uno de esos días se realizaron búsquedas sobre el funcionamiento y los sistemas de seguridad de las puertas de las cabinas de vuelo. Lubitz, quien al parecer se había sometido a sucesivos tratamientos, había indagado asimismo con su tableta sobre distintas terapias médicas. De hecho, ayer se supon que el copiloto Lubitz seguía un tratamiento médico contra la depresión, la ansiedad y los ataques de pánico y que había ocultado a los médicos que seguía pilotando pese a estar de baja.

La difusión del comunicado de la fiscalía se produjo después de que el Gobierno alemán anunciara también la creación de un grupo de expertos para revisar los sistemas de cierre de las cabina de vuelo y los exámenes médicos y psicológicos de los pilotos. La decisión se adoptó en una reunión entre el ministro de Transportes, Alexander Dobrindt, y representantes de la Federación Alemana de la Industria de la Aviación. Dicha comisión deberá presentar un catálogo de propuestas, tanto en lo relativo a los sistemas de seguridad de los aviones como a las pruebas de aptitud de los pilotos. El grupo de expertos analizará los mecanismos de cierre de las cabinas, implementadas tras los atentados del 11-S para impedir el acceso de intrusos en ese espacio. Por su parte, el ministro del Interior, Thomas de Maizière, analiza la reintroducción de controles de identidad en todos los vuelos dentro de la UE y de la zona Schengen. “Debemos saber, por motivos de seguridad, quién se encuentra realmente a bordo de un avión”, afirmó el ministro al diario “Bild”, respecto a la práctica actual, en que a menudo ni siquiera se pide al pasajero que, además de su tarjeta de embarque, se identifique con su carné o pasaporte.

El hallazgo de la segunda caja negra del avión A320 de Germanwings que se estrelló el pasado 24 de marzo en los Alpes franceses supuso ayer un paso adelante “indispensable”, según la Fiscalía de Marsella, en la investigación. El estado de esa segunda caja, según el fiscal Brice Robin, deja prever que se podrán analizar los 500 parámetros que contiene, entre ellos la velocidad del avión, su altitud y el modo en que se pilotó ese vuelo.

La rueda de prensa ofrecida por la Fiscalía, la segunda desde el siniestro, subrayó que el hallazgo aporta un complemento “indispensable” para esclarecer los hechos. La caja, ennegrecida por el fuego, fue encontrada en una zona ya explorada con anterioridad, y estaba “totalmente enterrada”, lo que hasta ahora había dificultado su búsqueda. - Efe/DNA

Perfiles genéticos. Los 2.800 fragmentos recuperadosposibilitaron extraer 2.285 muestras de ADN e identificaran 150 perfiles genéticos distintos, lo que no equivale a víctimas.