bruselas - Un piloto, ante todo, tiene la obligación de no volar si no se siente capacitado para ello y sus compañeros tripulantes de notificar a la aerolínea cualquier incidente o comportamiento extraño que pueda, identificar a bordo del avión durante el vuelo. Pero, sobre todo, la normativa europea obliga a los pilotos de aparatos comerciales, según fuentes del Ejecutivo comunitario, a pasar controles médicos regulares, cada seis o doce meses en función de la edad y el tipo de pilotaje.

Estas revisiones tienen como objetivo certificar que cumplen los requisitos de vuelo, entre los que se incluyen además de una perfecta salud física, la salud mental.

El consejero delegado de Lufthansa, Carsten Spohr, advirtió el pasad jueves, en el transcurso de una rueda de prensa, que los exámenes psicológicos no forman parte de las pruebas obligatorias a las que tienen que someterse los pilotos cada año.

Desde la Comisión Europea recordaron ayer, sin embargo, que la revisión sí es obligatoria y vinculante y que sí se deben incluir los aspectos psicológicos o psiquiátricos en el examen. “Según las reglas, las revisiones anuales tienen que cubrir todos los requisitos cubiertos en el certificado”, insisten técnicos del Ejecutivo comunitario.

Además, las mismas fuentes reconocieron que un piloto que ha tenido en el pasado un cuadro depresivo puede ser apto para volar siempre y cuando obtenga el certificado médico que idoneidad lo declara apto para pilotar de nuevo un avión. “El piloto solo puede volar si tiene un certificado médico. Es decir si un médico especializado en exámenes aeromédicos se lo otorga. Analiza un numero de condiciones psicológicas para determinar si puede volar. Basado en esta decisión se le da certificado o no”, precisan.

Según fuentes del sector, los profesionales de la aviación están sujetos a exámenes médicos muy severos y rigurosos especialmente la primera vez que obtienen el certificado, al inicio de su carrera.

Posteriormente ese certificado tiene que ser renovado periódicamente ante un médico especialista en aviación que examina cuestiones físicas -desde análisis de sangre y de orina, hasta el chequeo del corazón, pulmones, etc-, la vista o el oído y también mentales.