MADRID. La torre de control de la localidad francesa de Aix-en-Provence, en el sur del país, pudo hablar por última vez con la cabina a las 10.30 hora local (09.30 GMT), en un momento en que el avión se encontraba a 11.400 metros de altitud.
Los controladores, tal y como afirmó Royal en la emisora "RMC", indicaron a los pilotos que mantuvieran ese nivel de vuelo y que se pusieran en contacto con la torre posteriormente, y recibieron la confirmación desde la cabina.
Un minuto después, no obstante, el avión comenzó a descender sin autorización, y los pilotos, según la ministra, no respondieron a la llamada de los controladores cuando estos les preguntaron por la pérdida de altura.
A las 10.40 hora local (09.40 GMT), el avión, a 2.000 metros de altitud, desapareció de los radares, y nueve minutos después helicópteros del pelotón de alta montaña de la localidad de Jausiers, un caza Mirage 2000 y un avión de suministro despegaron en su busca para ver qué sucedía.
El dispositivo desplegado, según su relato, encontró a las 11.10 (10.10 GMT) los restos del aparato, que se estrelló contra el macizo de los Trois Evêches, en el departamento francés de Alpes de Haute-Provence.
El avión cubría la ruta entre Barcelona (España) y Dusseldorf (Alemania), y la mayoría de sus pasajeros en ese vuelo de la filial de bajo coste de Lufthansa eran alemanes que regresaban a sus casas tras pasar unos días en Barcelona y Palma de Mallorca.