vitoria - Los jóvenes vascos desean iniciar una vida independiente en mayor medida que hace un año, pero no pueden emanciparse, fundamentalmente por razones económicas. Según el informe Aurrera Begira 2014, ocho de cada diez jóvenes desea emanciparse mucho o bastante, pero para más de siete de cada diez resulta un objetivo muy difícil de cumplir. Jon Redondo incidió ayer en las repercusiones sociales que tiene la tardía emancipación de los vascos y concluyó que para solucionar este problema es prioritario reducir la alta tasa de paro juvenil, porque “¿si no tienen trabajo, cómo se van a emancipar?”.

El director de Juventud y Deportes del Gobierno Vasco explicó que “hay tres factores que son fundamentales para poder emanciparse: los estudios, el empleo y la vivienda”. “Cuando hablamos de educación -añadió- los datos son satisfactorios, el abandono escolar está en tasas bajas y somos una de las sociedades con mayor nivel de educación superior. ¿Dónde empiezan nuestros problemas? Básicamente en el empleo. Tenemos una tasa de paro juvenil que multiplica por 2 o por 2,5 la media europea, así que por muy buen nivel educativo que tengan nuestros jóvenes, si no encuentran empleo no pueden emanciparse. Por lo tanto, tenemos que reducir drásticamente el paro para que la edad de emancipación también descienda”.

Sobre el tercer factor, Jon Redondo recordó que “se considera que los gastos en vivienda, ya sea para pagar la hipoteca o el alquiler, no deben suponer más del 40% de los ingresos, y los bancos ese tope lo bajan al 30%. Si tuviéramos que cumplir ese criterio los jóvenes vascos podrían pagar un alquiler de 400 euros o comprar una vivienda de 90.000. Sin embargo los precios de mercado en Euskadi indican que las viviendas cuestan el doble, tanto en alquiler como en propiedad. Por lo tanto, una de dos: o el precio de la vivienda baja a la mitad o los sueldos de los jóvenes se duplican”.

Jon Redondo abundó en el diferente nivel de emancipación que hay entre los jóvenes de la CAV y los de otros países de Europa y señaló que en Dinamarca sólo el 16,5% de los jóvenes continúa en casa de sus padres cuando cumplen los 29 años, mientras que en Euskadi esa cifra es del 77% . Insistió en que la sociedad debe ser consciente de la importancia de no retrasar los proyectos vitales, como los de creación de una familia, y apostó por reducir el desempleo juvenil. - B. Sotillo