BILBAO. La Ertzaintza ha tenido conocimiento de tres nuevos casos de lo que viene denominándose secuestros virtuales. Una de las llamadas se ha recibido en el Territorio Histórico de Bizkaia, otra en Araba y la tercera en el Territorio Histórico de Gipuzkoa. En los tres casos, las supuestas personas secuestradas se encontraban en perfecto estado, no se realizó pago alguno y alertaron de forma inmediata a la Ertzaintza.
MODUS OPERANDI
El guión del delito, con pequeñas alteraciones, se repite en todos los casos detectados por la Ertzaintza: la víctima recibe una llamada en su móvil desde un teléfono con número oculto o desconocido. El supuesto secuestrador, en la mayoría de los casos con acento hispanoamericano, hace saber a la víctima que tiene retenido a su hijo, y que en el caso de que no siga sus indicaciones, acabará con su vida o le causará algún daño físico importante. El secuestrador exige el pagode una cantidad económica - que oscila entre los 350 y los 5.000 euros - la cual deben abonar por transferencia de manera inmediata a través de un locutorio.
Esta premura en el tiempo es la clave de la situación, pues persigue que las víctimas, presas del pánico, no tengan tiempo de comprobar la veracidad de la situación y consumen el pago, llevando a cabo la transferencia del dinero exigido.
CÓMO PROCEDER
Desde la Ertzaintza se señala que la forma de actuar cuando se recibe una llamada de este tipo, pasa por tratar de mantener la calma e intentar verificar la situación real de la persona supuestamente secuestrada (un hijo o una hija, o aquella que el comunicante nos diga), comprobando que se encuentra en el lugar en el que debería estar en ese momento: colegio, trabajo, domicilio, etc.
Resulta fundamental que el pánico no bloquee nuestra capacidad para analizar la situación y para actuar racionalmente; en todo momento debemos manejar la premisa de que la situación pude no ser real y tratarse en realidad de un fraude.
Por supuesto, no debemos acceder a realizar el pago de la cantidad solicitada y, por el contrario, debemos ponernos en contacto de modo inmediato con la Ertzaintza, a través del teléfono 112, para que sus agentes realicen las comprobaciones necesarias sobre elparadero real de la persona supuestamente secuestrada y para que lleven adelante las indagaciones que permitan localizar y detener a los delincuentes.
Hay que mantener la calma y tener presente que una imposibilidad puntual de contactar con la persona supuestamente secuestrada puede deberse en realidad a que ésta se encuentre en una zona sin cobertura o donde no pueda tener encendido su teléfono móvil (colegio, universidad, cine etc.).