GINERBRA. "La incidencia que una dieta equilibrada tiene en la salud es enorme, tanto que un 10 por ciento de todas las muertes en el mundo están relacionadas con ella. No sabemos exactamente cuál es la incidencia directa de los azúcares, pero sabemos que es muy importante", explicó en rueda de prensa Francesco Branca, director del departamento de Nutrición y Salud de la OMS.
Los azúcares tienen una relación directa, demostrada científicamente con creces, en el sobrepeso y la obesidad y éstos a su vez en el desarrollo de enfermedades no transmisibles, como las dolencias cardiovasculares, la hepatitis o los ataques cerebrales.
Es por esa razón que la OMS desveló hoy las nuevas directrices sobre ingesta de azúcares, las primeras en más de una década, que reafirman las que ya recomendaba y que sugieren otras mucho más radicales.
Cuando se habla de azúcares se incluye tanto el azúcar puro que se consume tradicionalmente para edulcorar el café como la fructosa, la glucosa y otros productos que se usan para endulzar los alimentos o las bebidas, así como los azúcares presentes en la miel o los zumos de frutas.
Concretamente, se recomienda que tanto los niños como los adultos reduzcan su ingesta de azúcar a menos de un 10 por ciento del total de calorías que consumen por día.
Es decir, si de media un adulto debe tomar unas 2.000 calorías diarias, solo 200 deberían ser azúcares.
Doscientas calorías representan unos 50 gramos de azúcares, lo que corresponden a una cantidad de doce cucharaditas.
Para los niños, se recomienda de media una ingesta de 1.500 calorías, por lo que deberían ingerir un máximo de 37 gramos, unas nueve cucharaditas.
Según la OMS, la ingesta de azúcares varía mucho entre los países y las franjas de edad.
En Europa oscila entre el 7-8% consumido por los adultos en Noruega o Hungría o el 16-17 por ciento en países como España o Gran Bretaña.
Las recomendaciones son definidas como "fuertes", lo que en la jerga de la OMS implica que pueden ser adoptadas como leyes en la mayoría de las situaciones.
"Somos conscientes que a un 10 por ciento se llega muy rápido. Si una persona toma un tazón de cereales para desayunar, un refresco al mediodía y un yogur como postre en la cena, ya ha consumido un 10 por ciento", explicó Branca.
Cuestionado sobre cómo rebajar esa dieta aparentemente sana, respondió: "comprando cereales sin azúcares añadidos, bebiendo agua y no un refresco, y consumiendo yogures sin azúcar".
Branca asumió que en muchas ocasiones el problema recae en la falta de oferta de esos productos o en su elevado precio, por lo que abogó por una política pública activa.
Asimismo, sugirió la posibilidad de aumentar los gravámenes a los productos azucarados para que sean menos accesibles.
El experto dijo, no obstante, que el problema recae en que la muchos productos contienen azúcares sin parecerlo, como las salsas.
"Un estudio en Estados Unidos mostró que el 80 por ciento de los productos de un supermercado contenían azúcares", indicó.
Además de esta directriz, la OMS ha aprovechado para establecer otra recomendación "condicional", lo que implica que tiene menos peso porque se basa en evidencias menos contrastadas.
Esta directriz condicional pide que se reduzca la ingesta de azúcar a un 5 por ciento de las calorías diarias (unos 25 gramos o 6 cucharaditas) "para obtener beneficios adicionales para la salud".
Las directrices se basan en análisis científicos que muestran que los adultos que consumen menos azúcar pesan menos y que, a más azúcar, más peso.
Otro examen demostró que los niños que consumen bebidas azucaradas tienen mayores niveles de sobrepeso y de obesidad que los que no lo hacen.
Asimismo, las evidencias muestran que hay más incidencia de caries dentales cuando la ingesta de azúcar es mayor a un 10 por ciento de las calorías diarias en el caso de los menores.
No existen datos sobre consumo de azúcares en el mundo, sólo de azúcar que edulcora el café y que indican que la región que más azúcar consume en el mundo es Sudamérica: 130 gramos por día por persona.
En Europa Occidental se toma una media de 101 gramos por día; en América del Norte 95 gramos; en Oriente Medio y África del Norte, 90 gramos, y en África 30 gramos.