DONOSTIA. Oregi ha hecho este anuncio durante la visita que ha realizado esta mañana junto al lehendakari, Iñigo Urkullu, la consejera vasca de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, y el alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, a la zona de Martutene más afectada por la crecida del Urumea, a consecuencia de las intensas lluvias caídas en los últimos días en el País Vasco.

Varios vecinos de la zona han aprovechado la presencia de las autoridades en el lugar para reclamarles, en tono respetuoso aunque de enfado, una solución a las frecuentes inundaciones que sufren en sus viviendas, comercios, bajos, locales y garajes.

En un momento de la visita, Ana Oregi ha atendido a los periodistas para explicar que las obras que solucionarán estos inconvenientes han sido adjudicadas este mismo mes y ya han sido iniciadas, aunque los afectados aún no las pueden ver porque se trata de "modificaciones de servicios".

No obstante, ha recalcado que en un mes se harán visibles unos trabajos que tendrán 30 meses de duración, un plazo que, aunque la consejera ha reconocido que es "mucho tiempo", es el que, según ha dicho, es necesario "para hacerlas porque son muy complicadas".

"Sé que es difícil pedir paciencia a las personas cuando están sufriendo este tipo de situaciones -ha añadido-, pero estamos trabajando en la resolución de los problemas de esta zona y esperamos que, con la ejecución de estas obras, vamos a poder ver la lluvia de otra manera, sin la angustia y el susto que supone cada vez que se oye llover aquí".

La consejera ha detallado que estos trabajos incluirán, entre otras actuaciones, el cambio de la pasarela del Pilar y la modificación del puente de Martutene, que es "el principal obstáculo" que hay en el río.

Ha señalado además que en esta zona ya han concluido otras intervenciones en los puentes de Karabel y de EuskoTren, que han sido "cambiados" y están "funcionando bien".

Ha recordado que la zona de Martutene y el Urumea constituyen "uno de los puntos negros" existentes en la "planificación hidrológica" vasca, un "problema que viene de muy atrás", porque los usos urbanos están "prácticamente metidos en el cauce del río".

Respecto a la situación de la presa del Añarbe, ubicada en la cuenca del Urumea, la consejera ha dicho que "ayuda a gestionar las inundaciones" y que, "a pesar de que a veces parece lo contrario", en esta ocasión si no hubiera existido el embalse "hubiera sido bastante peor" porque en los momentos de lluvias intensas permite "maniobrar", aunque sea "mínimamente".

Oregi ha recordado también que la parte alta de la cuenca del Urumea pertenece a Navarra, comunidad con la que Euskadi "está trabajando para tener dispositivos de medida" intercomunicados.

Por su parte, el alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, ha precisado que el Ayuntamiento donostiarra ha trabajado "muy duro durante cuatro años" para "facilitar y poner a disposición del Gobierno vasco los terrenos" que permitirán ejecutar las obras.

"Se han firmado los acuerdos que eran necesarios, y ahora lo que tenemos es plena confianza en que los plazos y el cronograma que ha marcado el Gobierno vasco se cumpla", ha dicho Izagirre, antes de recordar "la deuda histórica" que las instituciones tienen "con estos barrios" donostiarras que "han estado abandonados durante años y años".