DONOSTIA. A esta aventura, que también implicará al profesorado del BCC, se ha sumado el restaurador vasco Andoni Luis Aduriz, en un acuerdo a tres bandas que han firmado hoy en la capital guipuzcoana Adriá y el director del centro donostiarra, Joxe Mari Aizega, ya que el propietario de "Mugaritz" no ha podido asistir por enfermedad.
Tras el cierre del "El Bulli" como restaurante en 2011 y su transformación en Fundación para llevar adelante nuevos proyectos rompedores relacionados con la gastronomía, Adriá y su equipo se encerraron durante dos años y medio para pensar en el futuro.
Estuvieron varias veces a punto de abandonar y a final de 2013 vieron que era posible llevar adelante sus ideas, recogidas en un proyecto muy complejo cuya máxima es "comer conocimiento y alimentar la creatividad" y del que forma parte la "Bullipedia".
La educación y la innovación están en la base de los nuevos planes de Adriá, a los que se va dando forma en el "BulliLab" de Barcelona, un espacio que acabará disponiendo de 8.000 metros cuadrados.
Allí hay cabida para profesionales del mundo de la gastronomía, pero también para filósofos, historiadores o periodistas. Y en ese entorno es donde los estudiantes del BCC podrán completar su formación con prácticas y con el desarrollo del proyecto fin de grado.
También podrán participar en el club de investigación "Bullipedia" y en un proyecto semestral que harán los 100 estudiantes de un curso.
El acuerdo suscrito hoy tendrá una vigencia de tres años y el reto ahora es dedicarse al análisis evolutivo de la historia de la gastronomía. "Son siete volúmenes grandísimos y hay mucha labor que hacer", ha explicado Aizega.
Los alumnos del BCC trabajarán directamente en esta Facultad de Ciencias Gastronómicas de la Universidad de Mondragón, algunos lo harán en el laboratorio de "Mugaritz" y otros en el "Bullilab" de Barcelona.
El problema con la historia de la gastronomía, ha destacado Adriá, es que "no está catalogada ni ordenada" y, por ejemplo, "no sabemos cómo se dio la comida de patatas".
Para que esta situación no se vuelva a dar, la factoría de Adriá va a poner en marcha otro proyecto, un "mapa archivo anual", que recogerá las aportaciones que se han hecho cada año en el mundo.