Bilbao - La Universidad del País Vasco (UPV/EHU) volverá a estar un año más al borde del precipicio. El tijeretazo de 214 millones de euros del Plan Universitario aprobado en diciembre por el Gobierno vasco deja a la universidad pública con el dinero justo para mantener su actividad. Pero ya se puede olvidar de recuperar el paso de la senda ascendente recorrida hasta 2012, antes de los recortes, al menos durante 2015.

La financiación del Plan Universitario “no permite avanzar al ritmo que sería deseable”, según el rector Iñaki Goirizelaia, que ayer llevó el anteproyecto de los Presupuestos ante el Consejo de Gobierno de la universidad. El importe de las Cuentas asciende a 396,5 millones de euros, un 0,26% más que el año pasado. Este leve ascenso ha sido posible gracias a que los ingresos propios de la universidad (93 millones de euros logrados vía tasas y contratos) palían el recorte de 1,3 millones de euros en la aportación de Lakua, que incluye 2,9 millones de euros correspondientes a la paga extra de 2012.

Durante su presentación pública, el rector no puso paños calientes al difícil panorama que dibujan estas Cuentas para una universidad que lucha por no ser irrelevante en el contexto internacional. Según Goirizelaia, el anteproyecto de Presupuestos “comporta limitaciones y no satisface todos los objetivos y aspiraciones de la universidad”. El responsable universitario achacó la ajustada situación a la falta de impulso del actual Gobierno vasco, si bien asumió que el Departamento de Educación ha diseñado el Plan Universitario en un contexto marcado por la crisis económica. En este sentido, el rector dijo que la financiación de la UPV/EHU está “mediatizada de forma importante” por el Plan Universitario, del que hizo una lectura “crítica, pero al mismo tiempo responsable” frente al escenario presupuestario que comporta la piedra angular del sistema universitario vasco los próximos cuatro años.

El día de ayer fue el primero en el que Goirizelaia valoraba públicamente el Plan Universitario aprobado en diciembre por el Departamento de Educación con la premisa de ser “realista, prudente y flexible”. Por tanto, había gran expectación por conocer su opinión. Y más después de mostrarse abiertamente beligerante con el Gabinete de Cristina Uriarte durante el primer semestre del curso.

Ayer, sin embargo, el rector se mostró más contemporizador que nunca sin perder su tono crítico y mandó un mensaje al Gobierno vasco: “Pasar de ser una buena universidad a ser una universidad mejor necesita apoyo sostenido y creciente en el tiempo y, en ese sentido, sería necesario una actitud más decidida de apoyo a la UPV/EHU”. Asimismo, deseó que la “flexibilidad” comprometida por Uriarte para el Plan y los cambios normativos necesarios “puedan dar lugar en este periodo de cuatro años a una mejora sustancial a las condiciones actuales”. Pero para que ese escenario expansivo sea posible tienen que pasar dos cosas. Una, que el crecimiento finalmente se consolide en Euskadi. Y dos, que el Gobierno de España derogue el real decreto por el que se mantiene congelado el sueldo a los funcionarios desde 2011 y limita la tasa de reposición para cubrir las jubilaciones de una UPV/EHU muy envejecida.

Según dejó entrever, a la vista de los recursos disponibles, la UPV/EHU no puede competir en igualdad de condiciones dentro de la liga de las grandes universidades europeas que, pese a la crisis, no están sufriendo recortes por parte de sus respectivos gobiernos.

Goirizelaia afirmó que, a día de hoy, la UPV/EHU únicamente está en situación de mantenerse a flote y garantizar “el nivel actual de la docencia e investigación”. No obstante, y tirando de posibilismo, el rector aseguró que van trabajar para “rentabilizar al máximo” la financiación asignada para conseguir “quizás no la mejor universidad, pero sí la mejor universidad posible”.