vitoria - En el metro, en el cole, en la ‘uni’ o en el ‘hiper’. En todos estos lugares, deberá existir un desfibrilador, un aparato que mediante una descarga eléctrica ayuda a recuperar las constantes vitales después de una parada cardiorrespiratoria y ayuda a salvar muchas vidas. En el plazo de un año, el Gobierno Vasco obligará a que existan desfibriladores en los principales espacios de uso público e instalaciones de gran aforo aunque sean ajenas al ámbito sanitario.
Pequeños y de fácil manejo, los desfibriladores están automatizados de manera que es el propio aparato el que detecta la necesidad o no de soltar una descarga. La nueva regulación establece la obligatoriedad de instalar desfibriladores externos automáticos y semiautomáticos en los grandes establecimientos comerciales individuales y colectivos; en aeropuertos y puertos comerciales, estaciones de autobuses o ferrocarril de poblaciones de más de 50.000 habitantes y las estaciones de metro, tren o autobús con una afluencia media diaria igual o superior a las 2.000 personas. También deberán contar con estos dispositivos los establecimientos públicos, instalaciones, espectáculos y actividades recreativas, incluidas las deportivas, con aforo autorizado superior a 700 personas y los centros educativos, incluidas las universidades, con una capacidad igual o superior a las 2.000 personas.
El consejero de Salud, Jon Darpón, aseguró que este decreto pretende dar un paso más en la mejora de las expectativas de supervivencia de una persona ante una posible parada cardiorrespiratoria. De hecho, los cardiólogos recomiendan disponer de un acceso rápido a los desfibriladores, prácticamente como el que tenemos a los extintores. Los estudios confirman que si el acceso fuera real, en España 4.500 personas salvarían su vida mediante la descarga de un desfibrilador.
Según los datos facilitados por el consejero de Salud, El año pasado 840 personas sufrieron una parada fuera de los centros sanitarios, 170 tuvieron una reanimación básica para llegar con vida a un centro sanitario y de ellas 45 personas fueron dadas de alta. Darpón explicó que su utilización está muy extendida en Europa y que “el riesgo de un mal uso es muy bajo y las consecuencias no son funestas”.
no los pagará el gobierno Sin embargo, el consejero también dejó ayer muy claro que el coste de la adquisición de estos aparatos, que ronda los 1.200 euros la unidad, no va a correr a cargo de la administración sino que deberá ser sufragado por aquellos titulares que tienen la obligatoriedad de instalarlos, es decir que la inversión correrá a cargo de los responsables de las instalaciones afectadas.
El Gobierno se ha comprometido, no obstante, a dar formación para su uso a través de los servicios emergencias del 112. El consejero ha indicado que el Departamento ofrecerá la formación que, según indicó, será “básica”, ya que son muy “sencillos” de utilizar. Añadió que con las indicaciones del desfibrilador y el apoyo telefónico de los servicios de emergencia se pueden utilizar con “seguridad”.
La empresas quedan fuera de esta normativa y el uso de instalación de desfibriladores lo definirán los comités de salud laboral en el trabajo.
El decreto aprobado crea también el Registro Vasco de Desfibriladores Externos Automatizados, adscrito al Departamento de Salud, al que se tiene que informar tanto de la instalación del dispositivo, como de su retirada y de si se hace uso del mismo. La norma regula asimismo las condiciones de instalación y cómo deben estar señalizado e implica a las administraciones locales y diputaciones a que establezcan sus propias normas completando y ampliando los ámbitos de aplicación de la misma a través de planes locales de salud o con otros medios en el marco de sus competencias.
Darpón indicó que esta nueva regulación surge por la experiencia acumulada desde la aprobación de los primeros decretos de uso de estos aparatos (2005 y 2007) y del alto grado de concienciación social ante el problema de la muerte súbita.
En este sentido recordó las sucesivas proposiciones no de ley presentadas en el Parlamento Vasco. El pasado mayo, la Cámara de Gasteiz instó al Gobierno Vasco a que junto a diputaciones y ayuntamientos elaborase una normativa que obligara y regulara la utilización e implantación de desfribiladores en lugares públicos fuera del ámbito sanitario.
150 usos en un año. Entre agosto de 2013 y julio de 2014 se han producido 150 usos de los desfibriladores externos automáticos ya censados en la CAV.
Situaciones. 140 se han producido por parte de un recurso de soporte vital básico, nueve por parte de personal de los centros de salud y uno ha tenido lugar en instalaciones deportivas.
Todas las zonas públicas fijadas deberán contar con estos aparatos en un plazo de 12 meses desde la publicación del decreto en el Boletín Oficial del País Vasco.
550
Actualmente existen en Euskadi 550 desfibriladores externos censados, aunque con la nueva normativa, podrían duplicarse.