vitoria - Cinco paros en menos de un mes entre noviembre y diciembre pusieron el año pasado las cartas de la conflictividad laboral en Osakidetza sobre la mesa y evidenciaron la brecha que separa al Departamento y a los sindicatos. Las disputas por las condiciones laborales que afectan a más de 30.000 trabajadores del sistema vasco de salud no han dejado de ahondarse, y las centrales echaron un órdago anunciando que después de un “otoño caliente” vendría un “invierno abrasador”. Pero Osakidetza no quiere que la sangre sindical llegue al río e intentará desactivar el próximo mes de febrero un conflicto laboral enquistado.

A pesar de que Osakidetza ha incidido en la escasa repercusión de las huelgas, -el seguimiento osciló entre el 6% de Araba y Gipuzkoa al 11% del conjunto de la CAV-, ayer se anunció una nueva Mesa Sectorial para el próximo mes. Osakidetza afirmó que acudirá a la cita “con la mano tendida” a los sindicatos, a los que reclama que apuesten por el diálogo y la negociación. La última reunión, celebrada el 24 de noviembre, no logró frenar el choque de trenes.

Sin embargo, mientras Osakide-tza reiteraba su proposición de mano tendida, los sindicatos, que desconocían la convocatoria de la nueva cita sectorial, volvían ayer a escenificar la unidad sindical. Todas las centrales con representación en Osakidetza se reunían para fijar la nueva estrategia. “Hemos cerrado las ideas base en torno a las reivindicaciones y también hemos acordado un posible calendario de movilizaciones que haremos público la próxima semana”, apuntó a este periódico, José Antonio de Leniz, secretario general de Satse Euskadi. Movilizaciones que pretenden recuperar la calidad del servicio sanitario público y los 3.000 puestos de trabajo destruidos, según su versión, durante la crisis económica.

El Departamento de Salud, por su parte, intentó apaciguar a las centrales y aseguró que en la próxima cita de febrero planteará “propuestas en materias clave” como la movilidad interna definitiva, el concurso de traslados, la contratación temporal y la propia OPE, que quiere aprobar en el primer trimestre del año.

Se trata, defiende, de temas “de suficiente relevancia como para que si todas las partes tienen interés en llegar a acuerdos, se trabaje de forma conjunta”. Por ello, Osakidetza ha emplazado a los sindicatos a “reconducir sus esfuerzos hacia el objetivo de llegar a un entendimiento porque el acuerdo es posible”.

No es la primera vez que desde el Departamento que dirige Jon Darpón se apela al consenso. Tanto el director de Osakidetza, Jon Etxeberria como el director de Recursos Humanos, José María Armentia, han mostrado su disposición a dialogar y llegar a acuerdos después de cada uno de los paros realizados. Sin embargo, también han censurado la postura “inmóvil” de los sindicatos frente a las propuestas que se han venido realizando. Armentia afirmó a finales de noviembre que “negociar es mover posiciones, y Osakidetza de septiembre a hoy está moviendo posiciones y lo que nos encontramos es huelga, huelga y huelga”.

Tras el último paro, Etxeberria endureció el discurso, asegurando que “todo tiene un límite”. Según lamentó, “parece que aunque les ofreciéramos la luna, algunos sindicatos seguirían diciendo no a este Gobierno”. El propio consejero de Salud, Jon Darpón, ha intervenido enfático en las disputas asegurando que los sindicatos “no quieren acordar nada”. En los días previos a la huelga general, les acusó de mantener una política reivindicativa “injustificada”. Además, al consejero le llama la atención “que las mismas centrales que claman contra la política de empleo en Osakidetza no muestran esta beligerancias en otras comunidades, como Navarra”.

frente sindical La unidad sindical se hizo ayer de nuevo patente con la reunión de varias horas que mantuvieron las seis centrales, Satse (sindicato de Enfermería), ELA, LAB, Sindicato Médico de Euskadi (SME-FFHH), CCOO, UGT y ESK para fijar la nueva estrategia con la que neutralizar las acciones de la Dirección de Osakidetza. Asimismo se trazaron las líneas maestras de lo que será un nuevo calendario de movilizaciones para los próximos meses con paros en todos los territorios.

Todos subrayan que estas huelgas persiguen mejorar “las condiciones de trabajo de los y las trabajadoras de la sanidad, para recuperar el empleo perdido, para que desaparezcan las desigualdades y para que la plantilla de Osakidetza pueda ofrecer a la ciudadanía el servicio sanitario de calidad que se merecen”.