Gasteiz - A lo largo de 2014 más de 21.000 familias residentes en la Comunidad Autónoma Vasca solicitaron Ayudas de Emergencia Social (AES) para poder hacer frente a gastos tan necesarios como el alquiler de la vivienda, cancelar deudas o sufragar el mantenimiento del hogar. El destino de las cantidades económicas aportadas por el Gobierno Vasco y los ayuntamientos de la CAV a través de las AES ha variado ligeramente en los últimos cuatro años, debido a los cambios en la regulación de esta prestación y a las necesidades de las familias.

Según la información facilitada por el departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, el cambio cuantitativo más significativo en el uso que los perceptores dan a las ayudas se ha registrado en el ámbito de la vivienda y, más concretamente, en el de la amortización de créditos hipotecarios. En el año 2011, las solicitudes de ayuda para poder pagar las cuotas hipotecarias eran las segundas más numerosas, por detrás de las peticiones de ayuda para el alquiler. Sin embargo, con la entrada en vigor del Decreto 4/2011, cuyo artículo 12 (apartado C) limitó a doce meses el plazo durante el cual se podían obtener ayudas para las hipotecas -salvo en los supuestos excepcionales regulados para los pensionistas- el porcentaje de ayudas (AES) destinado a pagar préstamos ha descendido significativamente y ahora no llega al 10%.

Al cierre de 2014, las AES habían llegado a más de 37.000 personas agrupadas en algo más de 21.000 unidades familiares, de las que casi el 18% están constituidas por mujeres con hijos a su cargo.

Pago de facturas En cuanto al destino de los importes percibidos por los beneficiarios, un tercio de las ayudas solicitadas y concedidas el año pasado se ha destinado al pago de alquileres. La segunda partida más importante es la destinada a gastos de mantenimiento de la vivienda, un capítulo que ha ido ganando peso con el avance de la crisis económica y que tiene relación con las crecientes dificultades de las familias para hacer frente a las facturas de electricidad y gas.

Según una información facilitada por el departamento de Empleo y Políticas Sociales, la disminución en el presupuesto empleado para las hipotecas -debido a la limitación temporal- ha permitido incrementar las cuantías económicas para otros conceptos. Sobre el significativo incremento registrado por las ayudas destinadas al mantenimiento, el Gobierno Vasco señala que también puede achacarse a la modificación del criterio seguido en las órdenes anuales que regulan las AES. En concreto, el departamento dirigido por Juan María Aburto indica que en 2013 se eliminaron las limitaciones establecidas en el número de meses durante los que se podían conceder ayudas para este tipo de gastos. Así, la conjunción de factores -aumento de necesidades del tipo factura energética, por un lado, y la eliminación de limitaciones temporales, por otro- ha propiciado que desde 2011 el peso de los gastos de mantenimiento haya aumentado 9 puntos porcentuales sobre el total de conceptos a los que se destinan las AES.

Antes de la creación de la Prestación Complementaria de Vivienda (PCV), las AES se destinaban en gran medida al pago de alquileres de vivienda por personas y familias sin ingresos suficientes, pero con la creación de la prestación específica, una parte importante de los perceptores de la RGI podían cubrir los gastos básicos de vivienda con la PCV. En la actualidad el capítulo residencial sigue siendo un destino importante de las AES, que sirven para resolver el problema de vivienda de quienes solo requieren una ayuda puntual o de quienes no reúnen las condiciones para acceder a la PCV.

Según algunas organizaciones del ámbito social, el aumento de los desahucios y la pérdida de la vivienda habitual de muchas familias a manos de bancos y cajas ha incrementado las necesidades de ayudas destinadas a resolver problemas habitacionales. Sobre las dificultades de muchos hogares vascos para hacer frente al pago de hipotecas contratadas en la época del boom inmobiliario y que ahora se encuentran con una limitación en las ayudas, el departamento de Empleo y Políticas Sociales reconoce que “las grandes perjudicadas en la evolución de la situación actual son las unidades de convivencia que adquirieron viviendas con anterioridad a la crisis actual y han visto mermados sus ingresos progresivamente”.

Menos reparaciones Entre los destinos de las AES que reducen su importancia en los últimos ejercicios, además de los intereses de amortización de los créditos hipotecarios, figuran las reparaciones e instalaciones. El año pasado a este concepto se destinaron únicamente el 3,1% de las ayudas, mientras que en 2011 se llevaron casi el 7% de los importes distribuidos por los ayuntamientos vascos. La adquisición de mobiliario y electrodomésticos se mantiene prácticamente estable en los últimos años y supone, con el 2,21% del total, el destino menos habitual de las ayudas.

En los presupuestos de 2014, el Gobierno Vasco consignó 20,5 millones para las AES, 3,2 millones más que en 2013, y para 2015 la partida se ha elevado a 21 millones, un 2,4% más. De mantenerse la proporción de 2014 en el destino de las ayudas, este año el pago de alquileres podría llevarse casi siete millones de euros, mientras que a “otros gastos de mantenimiento” se dedicarán algo más de 5,8 millones.

Las AES (Ayudas de Emergencia Social) son prestaciones económica no periódicas -a diferencia de la Renta de Garantía de Ingresos y la Prestación Complementaria de Vivienda- destinadas a aquellas personas cuyos recursos resulten insuficientes para hacer frente a gastos específicos, de carácter ordinario o extraordinario necesarios para prevenir, evitar o paliar situaciones de marginación social. Entre estos gastos se incluyen los relativos a la vivienda y sus condiciones -gastos de energía, agua, alcantarillado, basuras, o el impuesto sobre bienes inmuebles- y otros de carácter más personal, como la compra de unas gafas, tratamientos odontológicos, o sanitarios que no cubre Osakidetza. Estas ayudas también se conceden para sufragar deudas que impiden a los solicitantes recomponer su situación económica. En este sentido, la solicitud de AES para endeudamiento (pago de deudas previas) supone en la actualidad cerca del 10% del total, mientras que en 2011 no llegaba al 7%.

Una de las características de estas prestaciones es que las ayudas de emergencia social tienen carácter finalista, debiendo destinarse únicamente al objeto para el que hayan sido concedidas.

Solicitantes. Hasta diciembre de 2014 un total de 21.031 unidades de convivencia, que agrupan a 37.315 personas, habían solicitado AES.

Perfil. Entre los solicitantes el 59,89% son mujeres; el grupo de edad más numeroso es el de 30 a 45 años, con el 39,3% de los beneficiarios, le sigue el grupo de 45 a 60 años (25,9%). El 21% de los que perciben AES está trabajando.

Las Ayudas de Emergencia Social, al contrario que la RGI y la PCV, no constituyen un derecho subjetivo. Están dotadas presupuestariamente por el Gobierno Vasco y son los Ayuntamientos los que las gestionan y distribuyen. Están pensadas para que personas en situaciones de necesidad puedan hacer frente a gastos de: alquiler, intereses de amortización, otros gastos mantenimiento, mobiliario y electrodomésticos, reparaciones e instalaciones en el hogar, necesidades primarias y endeudamiento. Como consecuencia de la crisis ha habido un incremento de ayudas destinadas al pago de hipotecas y arrendamientos para evitar la pérdida de vivienda.