“He visto cosas que vosotros no creeríais”, arranca el monólogo del replicante Roy Batty en la película Blade Runner. La escena es una de las cumbres del cine de ciencia-ficción, un mundo más imaginado que real. En ese planeta de la imaginación, el de los más pequeños, se sienta Olentzero, el carbonero de los juguetes. Olentzero, sabio y experimentado, con un punto de mentalista, capaz de leer los deseos de los txikis, podría suscribir las palabras de Roy Batty. Cosas de la industria juguetera y su desarrollo abrazado a las nuevas tecnologías. Las muñecas de Famosa se dirigen al portal..., el canturreo y marcha imbatible de tantas y tantas navidades, cuenta ahora con una nueva versión: Las muñecas de... se dirigen a Famosa town, la ciudad de los muñecas franquicia de marca, que ha virtualizado a sus estrellas en un videojuego destinado para dispositivos móviles. Tradición y modernidad hecho uno. “Vamos a un escenario de juguetes híbridos. Han venido para quedarse”, destaca María Costa, directora de investigación infantil y ocio del Instituto tecnológico del juguete (AIJU).
Si bien existen principalmente dos familias en la juguetería: “la de los juguetes tradicionales y la de los tecnológicos”, agrega Patxi González, responsable de la planta de juguetería de El Corte Inglés, la tercera vía a futuro es la mezcla de ambos conceptos. “La tecnología está cada vez más presente y las aplicaciones, algo que se creo para los smartphones y las tablets de adultos, son parte ya de la juguetería tradicional”, analiza María Costa. La incorporación de aplicaciones es un extra, un complemento, para mejorar “la interacción de los niños con los juguetes y darles un valor extra”, dice la experta. “Muñecos de toda la vida tienen sus aplicaciones”, apunta Patxi González. Las aplicaciones, herramientas de la era digital, no son ajenas en el lenguaje de los niños. Los datos revelan que un 38% de los niños menores de 2 años trastean los dispositivos móviles, un porcentaje que se eleva al 70% cuando los pequeños llegan a los ocho años de edad, cuando se convierten en expertos. “Los niños son como esponjas, imitadores de lo que ven a su alrededor y si ven a sus familiares pegados al móvil durante todo el día, incluso a la hora de comer, es lógico que ellos quieran hacer lo mismo”.
Nativos digitales, el boom de las tabletas y los dispositivos móviles se produjo hace dos años, “un regalo compartido muchas veces por padres y por hijos”, dice Patxi González, pero su empuje, aunque más sereno, se mantiene firme entre las peticiones de los pequeños, sobre todo entre los que se mueven en la franja que va desde los 8 a los 12 años. No son pocos los críos que redactan su carta a Olentzero o los Magos de Oriente pensando en una tarjeta de memoria para el móvil o directamente en los dispositivos móviles, que suelen aparecer en sus vidas alrededor de la Comunión, donde los regalos tecnológicos ocupan cada vez mayor espacio. “Se mezcla el uso de tabletas meramente infantiles, con un contenido mucho más específico, relacionado con contenidos de series o películas, con las tabletas de los adultos”, especifica Patxi González. Un mundo diferente en cuanto a prestaciones, “como comparar un Ford y un Ferrari” pero que producen efectos similares: el ensimismamiento.
Responsabilidad paterna “Los padres se quejan de que los chavales están pegados a las tabletas o a los móviles, pero ¿cuántas veces no se les dejan esta clase de dispositivos para mantenerlos entretenidos y los padres estén más tranquilos?”, cuestiona María Costa, que aboga por una racionalidad en su uso, “en cuanto a tiempo y contenidos” y a una mayor variedad de formas de jugar para alejarse de la pantalla. “Los padres tienen que estar más presente en los juegos de sus hijos y apostar también por juegos creativos, manualidades. Juguetes para tocar, sentir, eso es fundamental...”. Dentro de ese diagnóstico, la pedagoga expone que “es importante que haya tiempo para el juego físico al aire libre” para que los chavales no se pasen el día quietos, pendientes de dispositivos móviles. “Que se entretengan con juguetes que nutren desde su imaginación”, receta Costa.
En ese terreno de la imaginación asoman “los de toda la vida”, subraya Patxi González. “Los juguetes clásicos se siguen vendiendo muy bien. Los Playmobil, Nancy, Nenucos, Pin y Pon y similares tienen mucho tirón; aunque no sean los juguetes más sofisticados gustan mucho”, describen desde El Corte Inglés, que confirman otra máxima en la juguetería: los que nacen, crecen y se desarrollan al calor de una serie, película o dibujos animados de moda entre la chavalería. Eso es infalible. Es un fenómeno que ocurre año tras año. Frozen, la princesa de hielo, es el hit de esta campaña. “Todos los años hay algún juguete que destaca y este año, entre las chicas, los productos alrededor de Frozen están siendo muy exitosos”, confirma Patxi González.
La planta de juguetería de El Corte Inglés se encuentra en plena ebullición durante estos días de encargos de los más pequeños. Entre ellos sobresalen los míticos clicks de Playmobil, unos muñecos que cumplen los 40 años de edad sin atisbo de crisis, y el no menos legendario Lego, un juego de construcción que resulta una apuesta segura en los ranking. Los clásicos, a su manera, también se suben a la grupa de la tecnología. “No es que tengan un chip, pero te lleva a descargar una aplicación. Es otra forma de seguir disfrutando del juguete”. Cada vez son más los juguetes de toda la vida que “remiten a apps desde las cajas de embalaje, una vía para potenciar el juguete”. En esa fusión, aunque desde un punto de partida más sofisticado “están los pequeños robots o los drones creados para los críos que se manejan desde dispositivos móviles”, indica Patxi González, que afirma que la pequeña robótica y los drones “son muy requeridos”.
Curiosamente, en la era digital hay muchos padres que se resisten al encanto de la tecnología. “Hay un sector de padres que es muy remiso a que sus hijos tengan este tipo de artilugios, sobre todo a edades tempranas”, advierten desde los grandes almacenes. “Los dispositivos móviles, como todo en la vida, deben emplearse en su justa medida”, entiende María Costa. “Lo importante es hacer un buen uso de los juguetes”, pertenezcan estos al árbol genealógico tecnológico o al tradicional. Ante ese debate, serán los ojos de asombro de los más pequeños los que dictaran la carta más esperada del año. Olentzero maitia...: