MADRID. En una entrevista en el programa "Un tiempo nuevo" de Tele 5, Romero ha insistido en que contó a la médico de familia que le atendió en el centro de salud de Alcorcón y a los facultativos del Hospital de esa localidad que había estado en contacto con uno de los religiosos repatriados desde África que fallecieron en el Hospital Carlos III.

"Cada uno que diga lo que tenga que decir. Todo es reclamable", ha manifestado Romero cuando ha sido preguntada por la denuncia que ha interpuesto contra ella la médico de familia de Alcorcón que la asistió y que asegura que Romero nunca le informó de su contacto con él ébola.

La auxiliar de enfermería ha denunciado además que "nadie" le comunicó que padecía ébola, que se enteró a través de su móvil consultando la prensa por internet, y que lo corroboró después cuando fue trasladada en una ambulancia, dentro de una "burbuja", del hospital de Alcorcón al Carlos III.

Ha relatado que en el Hospital Carlos III fue sometida a un "interrogatorio" para saber cómo se había contagiado de ébola y que ella se encontraba "muy asustada", hasta el punto de que llegó a reconocer que se tocó la cara con un guante porque se sintió "agobiada y coaccionada".

La auxiliar de clínica se ha emocionado cuando ha recordado el sacrificio "innecesario, lamentable y penoso" de su perro Excálibur y, al borde de las lágrimas, ha indicado que su muerte "ha sido algo que han hecho mal, como todo".

Sobre el Consejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez, y sus acusaciones de que Romero "mintió" por no informar a la médico de familia de su contacto con un enfermo de ébola ha indicado que si "una persona no hace una buena gestión, no debe estar" en su cargo "por mucho más tiempo".

En cuanto a la desinfección de su domicilio, ha señalado que ha echado de menos "el 90%" de sus cosas y que "el otro 10% esta fuera de su sitio, mal colocado, sucio y oxidado".

Ha cuestionado la profesionalidad del personal de desinfección que ha tirado a la basura "varias cafeteras nuevas, dejando las simples y baratas" o que han dejado en su casa "la parte de abajo" de biquinis y chandals "y han tirado la parte de arriba".

"Para mí no es fácil esta segunda vida" ha confesado Romero que se ha congratulado de no haber infectado a nadie de ébola y, con lágrimas en los ojos, ha dado las gracias a la hermana Paciencia, la religiosa salvada del ébola que le cedió su suero para recuperarse y a la que aún no conoce en persona.