Granada - Los tres sacerdotes y el profesor de Religión de la Archidiócesis de Granada, que el miércoles quedaron en libertad con cargos después de que fueran detenidos por supuestos abusos sexuales, defendieron ayer su inocencia “hasta el final”, no ven motivo a la interposición de denuncias contra ellos, que tacharon de “mentira”, y ven “inimaginable” el móvil de los dos jóvenes denunciantes, a los que conocen y hacia los que no tienen “rencor”.

Así se manifestó el abogado de los cuatro denunciados, el letrado Javier Muriel, que afirmó que éstos han recibido la decisión del Juzgado de Instrucción 4 de Granada “con cierta satisfacción”, aunque están “muy desconcertados” al no conocer todavía en profundidad los hechos que se le atribuyen, ya que el caso se encuentra bajo secreto sumarial. “Se han declarado inocentes siempre y hasta el final”, indicó.

Según el letrado, los denunciados sienten “una gran tristeza” por “todo lo que se ha generado”, más que por su situación personal, por sus propias familias, y también por la “instrumentalización” que, a su juicio, quieren hacer “algunas personas”, aprovechando el “carácter mediático” de una institución como la Iglesia. Ellos no se sienten “desamparados” por la Iglesia, ni después de la petición de perdón del arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, ni por las propias palabras del Papa Francisco, cuyas palabras, “la verdad es la verdad y no se puede ocultar”, hacen suyas en este caso. “Lo que quieren mis clientes es que salga a la luz la verdad”, incidió Muriel, que, en ese sentido, confió en poder acceder pronto a las actuaciones para conocer en profundidad el asunto. “No han valorado las palabras del Papa ni la actuación del arzobispo de Granada, ni incluso tienen un rencor exacerbado con respecto a los denunciantes. Ellos están centrados en su defensa, están intentando vivir con cierta naturalidad en su entorno familiar”, mantuvo. Asimismo, “no entienden y no les cabe en la cabeza las razones de la denuncia”, según dijo el abogado, quien además consideró “desproporcionada” la medida de incomunicación. “Ha sido una sorpresa difícil de asimilar legalmente, en cuanto se levante el secreto es de las primeras cosas que tengo interés en conocer, cuál es la motivación que le ha llevado al juez a escoger una medida tan restrictiva”, sostuvo. Muriel también dijo que sus clientes no se reconocen como integrantes del Clan de los Romanones, y señaló que cuentan con la documentación que acreditará la “legalidad absoluta” de sus actuaciones y de cómo se financian.