MADRID. La profesional sanitaria, miembro de la oenegé Médicos sin Fronteras (MSF), permanece sin aislamiento en la sexta planta del citado centro, habilitada para atender casos de este virus desde la repatriación a España en agosto del misionero Miguel Pajares.

La médico llegó al hospital Carlos III a las once menos cuarto de la mañana del viernes, procedente de la base aérea de Torrejón tras ser repatriada desde Malí, donde se pinchó accidentalmente con una aguja que había estado en contacto con material contaminado por ébola.

En su situación, la sanitaria no es una paciente, porque no está enferma -no presenta fiebre, por ejemplo-, sino un contacto de Ébola de alto riesgo en observación.

Por ello, no ha sido sometida a ningún tipo de prueba para conocer si contrajo el virus en Malí, que se le practicarán solo si en algún momento llega a presentar los síntomas propios de la enfermedad.

La cooperante permanecerá durante 21 días en observación en el centro madrileño y en el caso de haber contraído el virus tendrá a su disposición todas las alternativas terapéuticas experimentales utilizadas contra el ébola -vacuna experimental, antivirales y plasma-, según explicaba la pasada semana el Ministerio de Sanidad.

En la jornada de mañana, quinto día de la cooperante en observación, el Hospital Carlos III concluirán los controles rutinarios para el personal sanitario que entró a hacer la limpieza de la habitación de la auxiliar de enfermería Teresa Romero tras recibir el alta al superar el ébola.

Al día siguiente, el miércoles 26, concluirá el periodo de control para el personal de la empresa de biodescontaminación que trabajó en esa misma habitación, que como los anteriores no han presentado ningún tipo de síntoma.

Precisamente la segunda jornada de ingreso de la cooperante de MSF en el Carlos III, el pasado sábado, coincidió con el término del periodo de vigilancia al que estaban sometidos más de un centenar de médicos y enfermeros, auxiliares y celadores del centro que atendieron a Romero sin que ninguno desarrollase el ébola.

Todos estos profesionales han sido o están siendo vigilados por el Servicio de prevención de riesgos del hospital, que cada día llama dos veces diariamente para preguntarles si tienen fiebre -37,7 grados- o si se encuentran mal, medida que se mantiene durante los 21 días que se considera el período máximo de incubación del virus.

Aunque el próximo miércoles se cierren los controles a los trabajadores sin que ninguno muestre síntomas, España no estará oficialmente libre de ébola hasta que pasen 42 días después de la curación o fallecimiento del último enfermo en el país, de acuerdo con el criterio de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por tanto, para llegar a esta conclusión antes habrá que esperar a que pasen 42 días después de la curación de Romero y descartar que la cooperante navarra trasladada desde Mali haya contraído el virus mientras atendía a enfermos de ébola en ese país.