GRANADA. Los hechos fueron denunciados después de que el pasado mes de agosto el joven recibiera la llamada del Papa, quien, según el diario electrónico Religión Digital, le pidió perdón en nombre de la Iglesia tras leer la carta que remitió al Vaticano relatando los abusos sexuales de los que supuestamente fue víctima.
Entre los denunciados por este joven habría al menos una docena de personas entre sacerdotes y laicos -autores o encubridores- de los presuntos abusos sexuales, que, según el diario digital, se llevaron a cabo en distintas residencias de la provincia de Granada.
El asunto está siendo instruido por el Juzgado de Instrucción 4 de Granada, que ha decretado el decreto de sumario.
El Arzobispado ha defendido hoy en un comunicado su actuación al asegurar que desde que tuvo conocimiento de esta acusación ha seguido "escrupulosamente" el procedimiento previsto para estos casos por la disciplina canónica y ha expulsado del sacerdocio acusados.
Dice haber seguido los trámites establecidos para verificar si la acusación tenía "verosimilitud", y que "apenas llevada a cabo esa investigación preliminar", que no tenía aún carácter judicial, "impuso las medidas cautelares a los sacerdotes directamente acusados de los abusos, retirándolos del ejercicio del ministerio sacerdotal".
También remitió las conclusiones de la investigación a la Santa Sede, mantiene el Arzobispado, cuya actuación estaría siendo cuestionada, según el diario digital, por haber sustituido supuestamente a los sacerdotes implicados por otros que también estarían siendo investigados.
Según el Arzobispado, dado que el denunciante es hoy mayor de edad y que "por tanto sólo él tenía capacidad para formular denuncia judicial", una vez se supo que ésta había sido interpuesta se pusieron a disposición de la autoridad judicial "para colaborar en lo que fuese necesario, lo que ha venido haciendo hasta el momento".
El Arzobispado, "al igual que la multitud de fieles cristianos, es consciente de que la inmensa mayoría de los sacerdotes vive ejemplarmente el ejercicio de su ministerio, y dan un precioso testimonio, a veces heroico, de entrega a Dios y a los hermanos", agrega, tras señalar que "al cuerpo entero de la Iglesia le hieren y le duelen inmensamente" los "escándalos de esta naturaleza".
Unos escándalos cuya "certeza y alcance" tendrá que determinar finalmente la autoridad judicial en la investigación abierta, indica el Arzobispado, que dice haber seguido "estrictamente" los principios de la disciplina de la Iglesia, que son, entre otros, "tolerancia cero" con los abusos y quienes los cometen.
También ayudar a las víctimas, tanto antes de que se demuestre que son abusos como una vez verificados, y cooperar con las autoridades.