Durango - La ikastola Kaskarotenea de Ziburu seguirá luchando porque la quincena de sus alumnos, de entre dos y cuatro años, puedan seguir acudiendo a clase. Indignados por el intento por parte del Ayuntamiento de expulsarles del lugar y en desacuerdo con la única opción que se les ofrece, en un lugar demasiado cerca de la autopista y lejos del centro del pueblo, se manifestarán el sábado, 8 de noviembre, para denunciar la situación. “Queremos abandonar el edificio, pero no disponemos de otro espacio. Seguiremos peleando por los derechos de un aprendizaje en euskera de nuestros alumnos”, apuntó Laida Muxika, directora del centro, en la rueda de prensa que tuvo lugar ayer en el Kafe Antzokia de Durango, que contó con el respaldo de más de 200 profesores, alumnos y padres de ikastolas de toda Euskal Herria.

Y es que, finalizado el acuerdo alcanzado hace dos años para que para que la ikastola se ubicara en un espacio público, el Ayuntamiento de Ziburu quiso expulsar del lugar a los alumnos. Tras ese primer intento, donde un juzgado de Baiona dio la razón a los responsables del centro y a Seaska, la federación que reúne a las ikastolas de Iparralde, el alcalde de la localidad, Guy Poulou, volvió a pedir su desalojo cuanto antes, esta vez, ante el Tribunal administrativo de Pau.

La sentencia obligaba al abandono del edificio justo un día antes del inicio del curso escolar en Iparralde. El plazo era de diez días y en caso de no hacerlo, la ikastola debería de hacer frente a una multa de 100 euros por día. La sanción, en vigor desde el 9 de septiembre, ha generado un castigo que asciende a 4.370,30 euros. Además, el 3 de noviembre, las instalaciones se quedarán sin luz ni agua. Asimismo, y para sorpresa de los responsables del centro, el primer edil hizo llegar una carta en la que aseguraba mandar a la policía en caso de que no abandonen las instalaciones.

“No hemos aceptado la propuesta que nos han realizado por lo que nos cortarán la luz y el agua. Tenemos que hacer frente a la multa que nos han puesto y abandonar el edificio o han amenazado con la posible presencia de la policía para sacarnos. En total, son diez familias las que llevan a sus hijos a Kaskarotenea y no permitiremos que Ziburu se quede sin ikastola. La situación es cada día más dura y difícil, pero queremos agradecer el grandísimo respaldo que estamos recibiendo por parte de mucha gente que no entiende cómo nos pueden estar haciendo algo así”, subrayó la directora de Kaskatoronea.

manifestaciÓn La ikastola entiende que el alcalde ha faltado a su palabra por no facilitarles una nueva ubicación. Preocupados e indignados, la ikastola Kakarotene, con el respaldo de Seaska, y bajo el título Ikastolak ez hunki, ha organizado una manifestación para el sábado, 8 de noviembre, a las 16.00 horas, en la plaza del municipio, que contará con el apoyo de la Asociación de Ikastolas de Euskal Herria.

“Tenemos muy claro que nuestra mejor herramienta es salir a la calle. Necesitamos ikastolas en Iparralde y seguiremos peleando por todas. Esto no solo es una ataque a una de ellas, sino a la cultura vasca y a todo el mundo que quiere vivir en euskera”, explicó Paskal Indo, presidente de Seaska.

Las 31 ikastolas de Iparralde, que integran a un total de 3.200 alumnos, trabajan día a día en defensa del euskera y el mantenimiento y mejora de las instalaciones existentes. Los organizadores de la protesta hicieron un llamamiento a la participación y confían en que el respaldo de la ciudadanía será masivo.

“El alcalde de Ziburu no debería olvidarse de que n el centro del conflicto se encuentran niños y niñas de entre dos y cuatro años. Estamos ante un ataque directo contra todos los agentes que trabajan a favor del euskara en Iparralde. Esperemos que la gente responda y nos acompañe en esta manifestación”, zanjó Indo.