MADRID. El estudio, liderado por el codirector del Centro de Investigación Prioridad en Biología Química en la Universidad de Newcastle (Nueva Gales del Sur, Australia), Eileen McLaughlin, es el primero que se realiza para mostrar cuál es el mecanismo por el cual el tabaco afecta a la fertilidad de la descendencia masculina.

Para ello, los investigadores utilizaron un modelo animal de ratón, con el fin de comprobar qué efecto producía en las crías masculinas el hecho de que las madres fumaran durante la gestación o la lactancia. Para ello, crearon una máquina que extrae el humo, donde colocaron a 27 ratones hembra que inhalaron el humo de forma "exactamente igual" que lo hacen las personas cuando fuman un cigarro.

La cantidad de humo inhalado fue equivalente a fumarse un paquete diario de 24 cigarrillos. Por el contrario, otros 27 ratones fueron expuestos a aire normal y, después de seis semanas, fueron colocados con machos para producir camadas, y expuestos al humo del tabaco durante la gestación.

De esta forma, 108 ratones machos fueron examinados regularmente hasta la edad adulta, tiempo en el cual los investigadores estudiaron el daño que se había producido en el ADN de las células que están involucradas en el proceso de producción de esperma, la forma de los espermatozoides y la capacidad que tenían los hijos de poder tener también descendencia.

Con todo ello, los expertos comprobaron que los machos de madres fumadoras tenían menos espermatozoides que aquellos cuyas madres no habían inhalado humo y que, además, cuando alcanzaban la edad adulta eran subfértiles o infértiles.

Asimismo, los expertos identificaron mutaciones en el ADN mitocondrial y saltos excesivos en las cadenas de ADN en el esperma de los hijos, por lo que están analizando si las crías de los machos expuestos al humo del tabaco en el útero pueden tener un "mayor riesgo" de cáncer y malformaciones congénitas.