Madrid - “Teresa se medía la temperatura varias veces al día y luego le llamaban para preguntarle”. Javier Limón, marido de la auxiliar de enfermería contagiada por ébola, relató ayer a La Sexta y a otros medios digitales cómo fue el protocolo que llevó su mujer desde el 26 de septiembre, fecha en la inició sus vacaciones tras la muerte el día anterior del misionero Manuel García Viejo. Javier, que permanece aislado en el mismo hospital Carlos III que su mujer, aunque no puede verla, aseguró que “ella hizo todo lo que le dijeron, nunca me comentó nada, volvió a casa tan normal y en ningún momento ha tenido ninguna preocupación de nada”.

El marido de la auxiliar infectada, que se asegura encontrarse bien, dice que todo era normal hasta el pasado martes día 30: “Ella empezó con fiebre, pero nunca alta. No llegaba a los 38,6 grados centígrados”, aseguró. Según el relato del marido de la auxiliar de enfermería, llamó varias veces al hospital indicando lo que pasaba, pero le dijeron que “no se preocupara”. “Teresa observó que tenía fiebre y acudió a su médico de cabecera. Allí le contó lo que le ocurría y que había estado en contacto con el operativo que atendía a enfermos de ébola en el Carlos III. Este profesional -siempre según el relato de Javier Limón-, descartó que fuera algo grave y le recetó paracetamol a la mujer. En su criterio se trataba de un resfriado común. La fiebre de Teresa no superaba los 38 grados, “si lo hubiera hecho es probable que las alarmas hubieran saltado antes”.

Javier asegura desde su aislamiento en el hospital Carlos III que “contacto con ella no he tenido ninguno, lo que me van contando los médicos que entran en mi habitación. Me cuentan que le han puesto unas plaquetas de una paciente que tuvo ébola y se recuperó, ahí andamos”. Javier reconoció que “nos íbamos a ir de vacaciones porque estuvo haciendo el examen para la plaza fija, lleva 15 años trabajando aquí [en el Carlos III] y no nos pudimos ir por un accidente que tuve yo, y ella dijo: ‘Pues bueno, me voy yo a pasar unos días con mi madre’. Pero luego empezó con la fiebre y...”.

“Ya está mejor”, dice su madre Por su parte, Jesusa Ramos, la madre de la enfermera infectada, aseguró que su hija no ha vuelto a su localidad de origen, Becerreá (Lugo), desde finales de agosto. No obstante, ayer por la mañana pudo hablar con ella y le trasladó que “se encuentra mejor”. Así lo explicó Jesusa Ramos a La Voz de Galicia, según se recoge en su web en un vídeo de menos de un minuto en el que la madre de la auxiliar afectada realiza unas breves declaraciones desde la ventana de sus casa. “Hablé con ella y me dijo que parece que se encontraba mejor, y que le estaba una compañera dando el medicamento y ya no quise molestarla más, porque me dijo su marido que hablara con él, que a ella no la molestara”, explicó.

Preguntada sobre cuándo fue la última vez que estuvo con su hija, respondió que “en agosto”. “Últimos de agosto, ya nos despedimos, y hasta ahora”, señaló. Así, cuestionada sobre si su hija había estado desde entonces en Becerreá dijo que “no”. De este modo, requerida sobre si quiere mandar un mensaje de tranquilidad a los vecinos y a la sociedad, la madre de la auxiliar pidió “que se tranquilicen, que se encuentra mejor”.

Por su parte, la otra enfermera que se encuentra ingresada en el hospital Carlos III dio ayer negativo en el virus del ébola. - DNA