- Las 787.000 familias de la Comunidad Autónoma Vasca requieren más políticas de apoyo y un cambio en la relación con las instituciones, que, entre otras cosas, deben dedicarles más inversión, facilitar los trámites burocráticos y fomentar la conciliación de la vida personal, familiar y laboral. El Ararteko valoró ayer la existencia y papel de las ayudas sociales y de apoyo familiar que se aplican en Euskadi, pero reclamó un ajuste de la administración a las demandas sociales y la transversalidad de las políticas dirigidas a las familias. El ararteko Iñigo Lamarca entregó ayer a la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, el informe Políticas de apoyo a las familias en Euskadi. Análisis y propuestas en el que se analizan los diferentes modelos de familia que coexisten en Euskadi, los cambios y evolución que han registrado en los últimos años y se plantean una serie de medidas para atajar la reducción de los núcleos familiares y las dificultades que afrontan los jóvenes que quieren formar un hogar. Iñigo Lamarca indicó que aunque la estructura familiar de pareja con hijos e hijas sigue siendo el modelo más habitual -supone el 38% del total y hay casi 300.000 familias de este tipo-, está sufriendo una progresiva pérdida de relevancia en beneficio de otros modelos como las parejas sin hijos -son el 20,9%- y los hogares unipersonales -21,6%-. Los nuevos modelos de familia, como los homoparentales, los monoparentales o los no regulados por el matrimonio, también crecen, pero lo que realmente resulta preocupante es la pérdida de peso de los modelos que incluyen hijos e hijas.
Antes esa realidad, el informe del Ararteko incide en la necesidad de aumentar la inversión pública para dar más apoyo económico a las familias con hijos y propone una equiparación con los modelos de ayudas vigentes en otros países europeos. “La progresiva equiparación a otros países de nuestro entorno que apuestan decididamente por apoyar el esfuerzo familiar que supone la tenencia, crianza y educación de los hijos e hijas obliga a un mayor esfuerzo económico público, que nos permita caminar hacia un horizonte de universalización de ayudas directas para las familias con hijas e hijos. Se hace igualmente precisa la puesta en marcha de un proceso de reflexión sobre la progresividad real del modelo fiscal, buscando soluciones más innovadoras e inclusivas, en línea con lo que sucede en otras realidades europeas”, señala el informe. Según el ararteko, el objetivo de estos cambios es que se avance hacia “la universalización de las ayudas directas” para las familias con hijos y que éstas sean progresivas. En cuanto a las deducciones en el IRPF, Iñigo Lamarca recordó que hay familias con rentas bajas que no necesitan presentar la declaración de renta y, por lo tanto, no se benefician de las deducciones por hijos.
El informe concluye que la reducción de los modelos familiares que incluyen hijos -causa directa de la baja tasa de natalidad- se explican fundamentalmente por dos factores: la CAV es una de las regiones europeas en las que las personas jóvenes se emancipan con mayor retraso, y la extrema dificultad para conciliar la vida personal, familiar y laboral. En este sentido, Lamarca destacó que las políticas de apoyo a las familias se encuentran también con el desafío de “profundizar, desarrollar y extender” las medidas de conciliación, ya que “las extremas dificultades que encuentran las familias en su cotidianeidad para conciliar su vida familiar y laboral tienen una trascendencia indudable en el envejecimiento poblacional y en el mantenimiento futuro del actual sistema de bienestar, tal y como está concebido actualmente”.
Ante esta situación, el ararteko apuntó que los poderes públicos vascos deben responder con el impulso de estrategias coordinadas en materia de conciliación de la vida familiar y laboral -extensivas también al colectivo de autónomos-, el desarrollo de estrategias de sensibilización, así como la puesta en marcha de recursos y ayudas efectivas con “vocación universal”.
Un último bloque de recomendaciones va dirigido a la protección de las familias en situación de vulnerabilidad, incidiendo en el reconocimiento jurídico pleno de distintas situaciones familiares, el apoyo socioeconómico y la lucha contra los factores de discriminación sociales o culturales. Además de incrementar las medidas de apoyo a las familias con personas dependientes, discapacitadas o enfermas, el ararteko plantea establecer “un sistema de itinerarios por tramos vitales en las viviendas de protección pública”. También aconseja al Gobierno vasco “estudiar a corto plazo una posible modificación de los criterios” que determinan la cuantía de la RGI para tener en mayor consideración el tamaño familiar.