madrid - Tocata y fuga. Un golpe de chapa con otro vehículo y posterior huida hasta un edificio con seguridad privada donde se pierde cualquier pista del sospechoso. El inmueble en cuestión pertenece al ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón, y la matrícula del coche es de su hijo primogénito, que ha sido denunciado por el conductor del otro turismo por darse a la fuga tras sufrir un accidente de tráfico en Madrid. El denunciado -de mismo nombre que su padre- negó ayer haber conducido ese día y mucho menos, haber tenido un accidente.
Los hechos, ocurridos en la madrugada del domingo en el barrio de Chamberí, sitúan al turismo del primogénito del ministro en la zona del accidente, en la calle Almagro, que fue perseguido por la otra persona implicada después de que, presuntamente, el hijo de Ruiz-Gallardón subiera al coche con la intención de sacar el parte de accidentes y se esfumara. Así consta, al menos, en la denuncia interpuesta por el otro implicado en el accidente en la comisaría de Leganitos.
Tras el topetazo, ambos conductores se bajaron de sus respectivos coches para comprobar los daños, pero acto seguido -según palabras del otro afectado- el hijo de Ruiz-Gallardón se subió a su vehículo y se dirigió hacia su casa, muy próxima al lugar del accidente, en la plaza Alonso Martínez, en concreto. El denunciante pudo memorizar la matrícula del coche que, al parecer, conducía el hijo del ministro, avisó a la Policía Municipal y se dirigió hacia el domicilio, donde los escoltas de Gallardón le detuvieron el paso.
Sin prueba de alcoholemia Al estar ya dentro del domicilio, la Policía Municipal no pudo hacer más que el atestado del accidente y acompañar al denunciante a la Comisaría de Centro de la Policía Nacional ya que quería interponer una denuncia contra el conductor del vehículo contrario. Es decir, que no fue posible que el denunciado pasase el pertinente control de alcoholemia que sigue a los accidentes de tráfico.
Quien sí tuvo que soplar en mayo del año pasado fue Miguel Ángel Martínez, exportavoz del gabinete de José María Aznar después de embestir a tres vehículos estacionados. Cuadruplicaba la tasa permitida. Según dijo tras aquel accidente, "solo rozó" a los otros turismos. Un argumento similar al empleado ayer por la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, quien consideró que se trata de "un asunto menor, un rozamiento de dos vehículos". De asuntos menores de estas características está jalonada la historia de muchos apellidos ilustres y cargos políticos.
El de mayor repercusión mediática, el de la presidenta del PP madrileño Esperanza Aguirre, que huyó cuando iba a ser multada por estacionamiento indebido en un carril bus. Como consecuencia, golpeó y derribó la moto de la Policía. Así quedó reflejado en el expediente abierto: "Poniéndose la conductora muy nerviosa, se sube al vehículo y arranca y golpea la moto". La expresidenta de la Comunidad de Madrid reconoció el hecho aunque se defendió diciendo que ella no había atropellado a nadie. Lo mismo que ayer también manifestó Cristina Cifuentes al ser preguntada por el caso del primogénito del ministro: "En el accidente no hubo víctimas ni peligro de que las hubiera".
Donde sí las hubo fue en Alcorcón. Una señora de 78 años que fue atropellada por Pilar Araque, concejala de Participación, Servicios Sociales, Discapacidad, Inmigración y Cooperación. Triplicaba la tasa de alcoholemia permitida. Según algunas informaciones, una veintena de cargos públicos habrían sido cazados en los últimos años por conducir en estado de embriaguez. Nacho Uriarte, por ejemplo, presidente de las Nuevas Generaciones del PP, fue sorprendido en 2010 cuando ostentaba el cargo de vocal en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso. Duplicaba el límite legal establecido por la ley.
Un largo elenco No es el único que con puestos relacionados con la seguridad decidió sentarse frente al volante de su vehículo: Manuel García Torres, edil de Seguridad y Tráfico del PSOE en Alcalá de Guadaira (Sevilla), y Adolfo Martín, concejal de Tráfico y Hacienda del PP en Huércal (Almería) engrosan ese listado al que, más recientemente -finales de abril de este año- habría que sumar el nombre de Ignacio Polo (UPN), concejal delegado de Seguridad Ciudadana en el Ayuntamiento de Iruñea sorprendido ebrio al volante después de haber chocado contra otro vehículo cuando salía de su plaza de estacionamiento. Casi triplicaba la tasa.
Aunque el episodio más reciente y uno de los más sonados ha sido el protagonizado por Enrique López, juez del Tribunal Constitucional, que este pasado día 1 fue pillado a las siete y media de la mañana circulando por el centro de la capital española en su moto, pero sin casco y después de haberse saltado un semáforo en rojo. Además, cuadruplicaba la tasa de alcoholemia permitida. Tuvo que someterse a la prueba hasta siete veces ya que, según quedó reflejado en el expediente, el magistrado "cortaba el soplido sin motivo aparente". En el caso del hijo del ministro Ruiz-Gallardón, salvo que algún testigo pueda decir que el conductor presentaba síntomas de no estar en condiciones para la conducción, el expediente será archivado.
Miguel Ángel Rodríguez. En mayo de 2013 chocó con su vehículo contra otros tres turismos estacionados. El exportavoz del Gobierno de Aznar cuadruplicaba la tasa de alcohol.
Nacho Uriarte. Presidente de Nuevas Generaciones, fue sorprendido en 2010 conduciendo ebrio cuando era vocal en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso. Duplicaba la tasa.
José María Aznar jr. En 2003, con 25 años, la Policía italiana le retiró el carné y le puso una multa de 530 euros por circular con su Porsche a 160 km/h por una zona de 90 km/h.
Pilar Araque. En la Nochebuena del año pasado esta edil de Alcorcón (PP) atropelló a una señora. Araque casi triplicaba (0,70) la tasa de alcoholemia permitida.