LISBOA. El informe anual del Observatorio Europeo de la Droga y Toxicomanías (OEDT), presentado hoy en Lisboa y que analiza los 28 países de la UE más Noruega y Turquía, constata que fueron 81 las nuevas drogas detectadas en 2013 -ya son más de 350 las catalogadas en el continente-, la mayor parte fuera del control del derecho internacional.

Gran parte de ellas, añade el OEDT, se venden en la Red como euforizantes legales derivados de productos del cannabis sintético con la meta de imitar los efectos de drogas conocidas.

Las cuatro sustancias más potentes y peligrosas son, según el comité científico del OEDT, la 25I-NBOMe, AH-7921, MDPV y la metoxetamina.

Y pueden llegar a ser más nocivas que los productos que emulan: el LSD (alucinógeno), la morfina (opiáceo), la cocaína (estimulante) y la ketamina (fármaco con propiedades analgésicas y anestésicas), respectivamente.

Son sustancias que surgen cada semana, se distribuyen fácilmente por internet, en algunos casos como si fueran legales bajo el envoltorio de estimulantes y medicamentos, e inquietan a las autoridades europeas.

Plantean "nuevas amenazas" en "un mercado de drogas europeo en constante evolución", refiere el informe.

Ante esta avalancha de nuevas sustancias, el sistema de alerta que reporta sobre las drogas detectadas comienza a estar presionado, advierte el OEDT.

"Una información sólida constituye el núcleo central de la respuesta europea a los problemas relacionados con las drogas y gracias a ella serán mucho más eficaces nuestras intervenciones", alegó el director del OEDT, el alemán Wolfgang Götz.

No obstante, avisó de que el sistema europeo de detección de drogas atraviesa un momento crítico.

"Me inquieta profundamente (...) que el mecanismo se vea sometido a presiones crecientes y éste puede estar en riesgo si no recibe recursos suficientes", avisó.

El consumo del éxtasis y la metanfetamina, históricamente marginal en el continente, centran también ahora la preocupación en Europa.

La reaparición del éxtasis (MDMA) en polvo y en pastillas de alta calidad está asociada a productos extremadamente potentes, muchos de ellos fabricados en grandes laboratorios, como el que fue desmantelado en Bélgica en 2013.

La metanfetamina, tradicionalmente restringida al sudeste asiático y a Estados Unidos, se ha propagado por la Europa suroriental (Grecia, Chipre y Turquía), aunque de forma limitada.

Relacionado con las denominadas fiestas de "sexo con drogas", este producto puede fumarse o inyectarse y supone un reto sanitario y social.

"La metanfetamina no tiene una sola cara y será necesario adaptar, desarrollar y adecuar las respuestas apropiadas según las pautas locales de consumo y los problemas observados", previene el OEDT en el informe.

Mientras, drogas ampliamente conocidas, como la cocaína, la heroína y el cannabis, están en una tendencia de estabilización o de regresión en Europa, según el observatorio.

La cocaína sigue siendo una de las drogas más consumidas en Europa, sobre todo en un número reducido de países de Europa occidental, entre ellos España, donde, a pesar de registrar una disminución, cuenta todavía con una alta prevalencia: el 8,8 % de la población, solo por detrás de Reino Unido (9 %).

En total, unos 14,1 millones de adultos europeos de 15 a 64 años han consumido esa droga alguna vez.

"En España, el problema de la cocaína es tan grande que las nuevas drogas se quedan a remolque", dijo a EFE una especialista en nuevos narcóticos del OEDT, la española Ana Gallegos.

El cannabis, "estable o en descenso, especialmente en jóvenes", según el observatorio, lidera el apartado de consumos: unos 73,6 millones de europeos lo han consumido alguna vez.