Es un juguete sencillo cuya compleja resolución ha seducido a la humanidad durante cuarenta años. El cubo mágico de Rubik cumple cuatro décadas convertido en un colorista icono que ha dado también el salto digital y al que ayer homenajeaba el buscador Google con un doodle interactivo.

El aniversario de los cuarenta años del juguete no era exactamente ayer, según el propio inventor, el arquitecto Ernö Rubik, que sitúa la fecha de forma general en la primavera de 1974, mientras que el registro en la oficina de patentes tuvo lugar el 30 de enero de 1975. Google no ha sido el único en celebrar el aniversario, antes ya lo hicieron desde el Liberty Science Center de New Jersey (Estados Unidos) hasta el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, entre muchos otros.

La historia del cubo mágico, como era su nombre original en húngaro (büvös kocka) comenzó en la primavera de 1974, cuando Rubik creó uno, pero no de 3x3x3 como lo conocemos actualmente, sino de 2x2x2. Los siguientes años estuvieron marcados por la lucha contra la burocracia del régimen comunista con el fin de iniciar la fabricación del cubo y en 1977 logró que 12.000 unidades llegasen a las estanterías de las jugueterías del país, según la página web del inventor húngaro.

En 1980 solo en Alemania se vendieron más de cuatro millones de cubos y el juguete empezó a ser un objeto de culto incluso para los centros artísticos: el Museo de Arte Moderno de Nueva York (Moma) adquirió y expuso un ejemplar en 1981, el mismo año que el Museo de Artes Aplicadas de Budapest (IMM). "Es el icono húngaro más conocido en todo el mundo", según Ágnes Prékopa, historiadora del arte del IMM, donde hay una colección Rubik.

Su forma, el material y el aspecto del juego no se atiene a las tendencias del diseño gráfico de la época de los 70, es "algo atemporal", que además inspiró a muchos artistas y diseñadores, sostiene Prékopa. Rubik es un arquitecto que impartía cursos en la Escuela de Artes Aplicadas de Budapest, donde decidió representar a sus alumnos los secretos del espacio con un objeto tridimensional. Así nació el prototipo del cubo.

El enigmático creador, que solo habla con la prensa en escasas ocasiones, explica que "descubrió" el cubo, no lo inventó. "En mi opinión, es parte de la naturaleza, y no es un objeto artificial; es algo natural ", afirma en su página web. Hasta hoy se han vendido más de 400 millones de estos cubos cuya complejidad queda demostrada con el dato de que tiene más de 43 trillones de posibles permutaciones, lo que garantiza un largo entretenimiento, y en algunos casos, incluso angustia. Aunque solo es un proyecto todavía sin iniciar, se espera que Budapest construya para 2017 un museo que presentará los "logros intelectuales" de Hungría en un edificio en forma de cubo de Rubik.