MADRID. Del mismo modo, otro estudio realizado en Suecia y publicado en la misma revista sugiere que los hombres jóvenes que realizan ejercicio de resistencia durante más de cinco horas a la semana pueden elevar su riesgo de desarrollar una arritmia cardiaca posteriormente en la vida.

En el trabajo realizado en Alemania, los investigadores registraron la frecuencia y la intensidad de la actividad física y la supervivencia de más de mil personas con enfermedad cardiaca coronaria estable durante diez años. Todos los participantes, la mayoría de los cuales tenía unos 60 años, habían asistido a un programa de rehabilitación cardiaca para ayudarles a hacer ejercicio regularmente y protegerse de un ataque al corazón o un derrame cerebral.

Las guías actuales recomiendan que los pacientes de enfermedad cardiaca deben realizar hasta una hora de actividad aeróbica de intensidad moderada al menos cinco veces a la semana. Alrededor del 40 por ciento de los participantes eran físicamente activos entre dos y cuatro veces a la semana; el 30 por ciento hizo más ejercicio y el otro 30 por ciento, menos, y, en general, uno de cada diez dijeron ejercitarse físicamente rara vez o nunca.

La frecuencia de ejercicio tendía a disminuir a lo largo de la supervisión, aunque se mantuvo estable para los físicamente activos entre dos y cuatro veces a la semana. Después de tener en cuenta otros factores de influencia, las personas inactivas físicamente eran más de dos veces más propensos a tener un ataque cardiaco/derrame cerebral que aquellos que practicaban regularmente actividad física y presentaban en torno a cuatro veces más probabilidades de morir por causas cardiovasculares y otras.

EL DOBLE DE PROBABILIDADES DE MORIR

Pero sorprendentemente, los que hicieron el ejercicio diario más extenuante también registraron más del doble de probabilidades de morir de un ataque cardiaco/derrame cerebral, según mostraron los resultados de esta investigación de científicos alemanes.

En el estudio sueco, los investigadores preguntaron a más de 44.000 hombres de entre 45 y 79 años de edad acerca de sus patrones de actividad física durante su tiempo libre en las edades de 15, 30, 50 años y durante el pasado año, cuando su edad media era de 60 años. Se analizó la salud del corazón de los participantes en un promedio de 12 años a partir de 1997 para ver cuántos desarrollaron un latido cardiaco irregular o una fibrilación atrial, factores de riesgo de accidente cerebrovascular.

Estos expertos vieron que los hombres que hacían ejercicio intensamente durante más de cinco horas a la semana eran un 19 por ciento más propensos a desarrollar la condición cuando tenían la edad de 60 años que aquellos que se ejercitaban menos de una hora a la semana. Este nivel de riesgo se elevó al 49 por ciento entre los que practicaron más de cinco horas de ejercicio a la semana, a la edad de 30 años, pero que posteriormente hicieron menos de una hora cuando tenían 60 años.

Pero los que montaban en bici o caminaban enérgicamente durante una hora al día o más a la edad de 60 años presentaban alrededor de un 13 por ciento menos de probabilidades de desarrollar fibrilación auricular que los que no hicieron prácticamente nada de ejercicio en absoluto.

Aunque parece "contradictorio" pensar que la actividad física podría agravar las enfermedades del corazón, otros estudios más pequeños también han sugerido esta posibilidad, agregan expertos españoles en un editorial acompañante, con el entrenamiento de resistencia, en particular, vinculado a una condición aguda (reversible) de un estado proinflamatorio. Los genes también pueden tener un papel importante en la determinación del "umbral de seguridad", apostillan.