La gente no es consciente de que existe riesgo de sordera por el ruido ambiental.
-No, y no saben que la Organización Mundial de la Salud reconoce a España como el país europeo más ruidoso y Bilbao figura entre una de las ciudades con más ruido. España también es el segundo país más ruidoso del mundo, solo por detrás de Japón.
Los problemas que el ruido puede acarrear son graves.
-De hecho, el ruido es uno de los principales motivos de pérdida auditiva. Está considerada como la tercera afección después de la hipertensión y el estrés, y realmente hay que concienciar a la población de que es necesario estar protegido frente al ruido. Sobre todo, a partir de los 65 decibelios, que empiezan a ser dañinos para la salud.
Existen estudios que aseguran que las patologías respiratorias se agravan con el follón del tráfico.
-Así es. Hemos hecho un estudio de audición y hay afecciones a nivel de tensión arterial, afecciones respiratorias, alteraciones del sistema inmunológico que dan lugar a alergias o a padecer otras patologías. En principio parece que no podrían tener ninguna relación, pero el estar expuestos a ruidos aunque no sean muy altos, por ejemplo en la fase de sueño, te produce alteraciones físicas que acarrean más problemas de lo que podríamos imaginar.
¿Qué ruido es el más perjudicial?
-Del que más se queja la gente es el ruido del tráfico, seguido de los sonidos cotidianos. Por ejemplo, obras en una vivienda próxima, música del vecino. Algo tan normal como el camión de la basura cuando arranca de noche llega a superar los decibelios recomendados. El oído es un órgano que no descansa y estamos permanentemente alerta. Por eso, molestan los ronquidos de la pareja, la televisión del piso de al lado...
¿Los adolescentes que escuchan música a gran volumen con auriculares pueden perder audición?
-Sí. De hecho, una de las recomendaciones que hacemos es no superar el 60% del tope de volumen que tenga el reproductor. Pero la mayoría de los adolescentes que usan auriculares superaran con creces estos umbrales. No es normal que algunos chavales escuchen en el metro música a cien decibelios. Y es lo que ocurre cuando oyes la música de tu compañero de asiento. Eso quiere decir que los decibelios que está recibiendo directamente al tímpano rondan, al menos, los 100, es decir, umbrales de molestia. Pero existen auriculares que taponan completamente la oreja, que bloquean el sonido externo, por lo que no hace falta tener el equipo tan alto.
Además una vez que se lesiona el oído, el daño es ya irreparable.
-Es que esa exposición genera un desgaste a nivel de nervio auditivo y esas células nerviosas no se regeneran. Si, por ejemplo, una explosión lesiona el tímpano, ese tímpano tiende a regenerarse, pero si esa lesión llega al nervio es irrecuperable.
¿Existen aparatos que ayudan a mejorar estos problemas?
-En Gaes trabajamos en la vía preventiva para proteger en diferentes tipos de entornos ruidosos. Por ejemplo para ciertos grupos de trabajadores que están expuestos a un sonidos muy intenso disponemos de productos que incorporan filtros para atenuar ese ruido. También trabajamos soluciones en cuanto a prótesis auditivas o audífonos, o implantes cloqueares.