VITORIA - ¿Le parece bien limitar el uso del cigarrillo electrónico?
-Por supuesto, los neumólogos apoyamos limitar el e-cigarro en espacios públicos y también limitarlo en lugares como bares y restaurantes. Lo que hay que hacer es igualarlo a la regulación que se ha hecho con el tabaco.
¿Están claros sus riesgos?
-Sabemos que puede dañar las vías respiratorias, que contamina el aire de los que están respirando porque ese vapor no es vapor de agua. Y lo que no conocemos es la exposición prolongada a este cigarrillo ni cuáles son los efectos a largo plazo.
Argumenta que no es bueno normalizar un dispositivo parecido al cigarrillo convencional.
-No porque se imita el fenómeno de fumar, se utiliza de la misma forma, se lleva a la boca... y no sabemos la repercusion que puede tener en una costumbre tan arraigada que estábamos logrando controlar.
Europa ya ha tomado medidas.
-Todas las legislaciones europeas son, cada una a su ritmo, restrictivas. Pero desde el inicio, la OMS y todas las organizaciones científicas proponemos limitar al máximo el consumo y la exposición.
¿Sabemos qué contiene un dispositivo de este tipo?
-Contiene nicotina en algunos casos, sustancias irritantes, también hay sustancias tóxicas y, en algunos cigarrillos, hay sustancias cancerígenas. Pero no todos los cigarrillos son iguales y no todos se someten a los mismos controles. El problema es que es un producto que ha salido al mercado sin regulación, sin los controles suficientes de seguridad y hay muchos y muy diferentes y no todos están testados por igual.
La gente tiene la sensación de que es vapor de agua inocuo.
-Esa ha sido la estrategia de marketing de casi todas las marcas. Usar la palabra esto es más sano, esto hace menos daño.... Si se hubiese levantado la alarma antes, la población hubiese sido más prudente.
Usted no le ve ninguna ventaja.
-No, hoy por hoy, esto es un desastre desde el punto de vista de la salud pública. De hecho, que la industria tabaquera esté detrás de la mayor parte de las patentes de cigarrillos electrónicos nos tiene que recordar que el objetivo es que se siga fumando. Otra cosa es, si hubiera un dispositivo parecido al e-cigarro que pasase los controles y estudios que usamos para los fármacos y se pudiese usar para ayudar a los fumadores... pero esto es todavía ciencia-ficción. - C.L.