Melilla - Unos cien inmigrantes de origen subsahariano consiguieron ayer entrar a Melilla tras un asalto a la valla fronteriza, protagonizado por unas 500 personas, que supone la cuarta entrada masiva de este año, la segunda en una semana. Según informó la Guardia Civil, el asalto se produjo sobre las 7.50 horas por dos puntos muy concretos del perímetro fronterizo: Vaguada Linares y Río Nano. El grupo de 500 personas había sido divisado desde primeras horas de la madrugada cobijado en la masa forestal de Mariguari, en Marruecos, pero esperó a las primeras luces del día para protagonizar el asalto.

Los inmigrantes, según la Guardia Civil, llegaron hasta el vallado arrojando piedras y portando palos, con los que amenazaban a las fuerzas de seguridad de Marruecos. Ante esta actitud, las autoridades marroquíes han pedido a la Guardia Civil que se abriesen las puertas del vallado para poder refugiarse en el espacio comprendido entre las dos vallas, "dada la violencia del acometimiento y como medida de protección para evitar ser arrollados y lesionados". Sin embargo, en las imágenes no se observan actitudes violentas.

Pese a todo, la mayor parte del grupo, unos 400 subsaharianos, fueron dispersados hacia el interior de Marruecos. Los cien que aproximadamente consiguieron tocar suelo de Melilla se dirigierion en primer lugar hacia el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), donde se les dio comida y ropa, al tiempo que se atendió a una treintena de heridas y contusiones. Quince de los inmigrantes atendidos requirieron puntos de sutura por heridas en distintas partes del cuerpo, fundamentalmente manos y pies, aunque solo en cuatro casos se trataba de heridas "más profundas". Por su parte, Marruecos informó de que se registraron 27 personas heridas en su territorio tras el asalto, 14 de ellos inmigrantes y el resto agentes de las fuerzas del orden marroquíes.

Desde el CETI, los subsaharianos se dirigierono hasta la Jefatura Superior de Policía, donde, según establece la ley de extranjería se les incoa un expediente de expulsión que en muchas ocasiones no llega a cumplirse. Entre los que hacían cola, se encontraba Ibrahim, Ire como le gusta que le llamen, un joven de Mali licenciado en Derecho que dejó en su país a sus padres y hermana en busca del sueño europeo.

El joven maliense pasará ayer, junto a muchos de sus compatriotas y compañeros, su primera noche en el CETI, que alberga a unos 1.100 inmigrantes, una cifra que se va acercando al triple de su capacidad idónea, que es de 480. Ello ha obligado al Ejército a ceder dos nuevas tiendas modulares y literas para que puedan dormir unas cien personas.

La presión migratoria que vive Melilla es similar e incluso superior a la del 2005, según señalan fuentes policiales, aunque el número de inmigrantes que consigue acceder a la ciudad es aún menor que hace ocho años. Los motivos principales de que sean más los que lo intentan, pero menos los que lo logran, son el refuerzo de efectivos, la mejora del vallado y, sobre todo, la colaboración que está prestando Marruecos.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, advirtió ayer de que las redes criminales que trafican con seres humanos "están muy atentas a lo que está sucediendo en estos momentos en España", en alusión a la polémica suscitada tras la tragedia de Ceuta en la que murieron quince subsaharianos. Fernández Díaz volvió a reconocer el trabajo que llevan a cabo las fuerzas de seguridad en Ceuta y Melilla "en circunstancias tan difíciles".

Por su parte, el coordinador federal de IU, Cayo Lara, apostó ayer por abordar el fenómeno de la inmigración ilegal en origen, combatiendo la miseria que afecta a millones de personas en África y el "saqueo" que sufren por parte de los países ricos porque, al juicio de coordinador federal, "no se pueden poner puertas al campo". - Efe

Sucesos de Ceuta. Amnistía Internacional anunció ayer la puesta en marcha de una campaña online que exige que se depuren responsabilidades tras la muerte de 15 personas cuando intentaban llegar a nado a la playa ceutí de El Tarajal el pasado 6 de febrero y el fin de la devolución sobre la marcha de cuantos consiguen llegar, una práctica que, recuerdan, "es ilegal" y vulnera el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

"Hambruna en África". El ministro de Cooperación saharaui, Brahim Mojtar, achacó a la crisis económica en la UE y la "hambruna" en Africa la entrada de inmigrantes en Ceuta y Melilla.