donostia. Pese a que el temporal que ayer afectó al litoral vasco tuvo una menor virulencia que el del pasado 6 de enero, el mar se llevó ayer una vida en Euskadi. Fue en Ondarroa, donde un senegalés de 43 años residente en la localidad falleció tras ser embestido por una ola que saltó el espigón principal del puerto y lo arrastró al agua. Pese a las advertencias de los empleados del puerto para que no se acercara al muelle y la actuación de la Cruz Roja del Mar, los efectivos de la Ertzaintza e incluso el helicóptero medicalizado de Osakidetza desplazados al lugar de los hechos, sus intentos por reanimar al hombre resultaron infructuosos.
El suceso tuvo lugar sobre las 10.45 horas de la mañana de ayer. En un principio se apuntó la posibilidad de que el fallecido estuviera pescando, aunque varios testigos presenciales aseguraron que, tras hacer caso omiso de las advertencias para no acercarse al espigón -incluso se suele colocar una valla advirtiendo del peligro-, el hombre alcanzó el morro exterior de la dársena. Fue en ese punto donde una ola le embistió, arrojándolo posteriormente al mar con fuerza. Fueron esas personas las que dieron la voz de alarma a SOS Deiak y movilizaron, inicialmente, a la Cruz Roja del Mar de la localidad, cuya base se encuentra en la cercana muelle de Egidazu. Miembros de la Ertzaintza y Salvamento Marítimo también participaron en un rescate que se centró en sacar del agua al accidentado. Con la ayuda de una lancha, y tras practicarle los primeros auxilios nada más izarlo a la embarcación, los efectivos de la Cruz Roja trasladaron el cuerpo del senegalés al muelle de Egidazu.
Fue allí donde casi durante dos horas trataron de reanimar al hombre. Es más, incluso a Ondarroa se acercó un helicóptero de Osakidetza preparado para su evacuación urgente al hospital de Galdakao-Usansolo. Pese a las constantes maniobras de recuperación cardiopulmonar que le practicaron, el personal sanitario desplazado a la localidad costera tan solo pudo certificar su muerte, tras lo que las autoridades judiciales procedieron al correspondiente levantamiento del cadáver.
Pese a que la alerta naranja activada durante la jornada de ayer volvió a dejar imágenes de olas de gran tamaño que oscilaron entre los 7 y los 9 metros de altura, los puertos vizcaínos lograron soportar sus embates. Fue el caso de Bermeo, Lekeitio o Elantxobe, en el que no se registraron incidentes de importancia aunque sí se extremaron las precauciones para evitar hundimientos de embarcaciones. En la vecina Mundaka, por el contrario, la fuerza del mar se tragó dos pequeños barcos amarrados en el interior del puerto.
Daños en Donostia En la capital guipuzcoana, el fuerte oleaje causó daños en dos locales comerciales y en el puente del Kursaal. El oleaje tendió a remitir después de la pleamar y la alerta roja pasó a naranja sin que el agua haya causado daños de gravedad. El temporal rompió las ventanas de cristal de dos locales ubicados en el Paseo de Salamanca, así como la barandilla del puente del Kursaal. Operarios del servicio de mantenimiento del Ayuntamiento colocarán una barandilla provisional en el puente, que permanecerá cerrado para vehículos y peatones hasta hoy.
Por otra parte, el remolcador de Salvamento Marítimo Sar Gavia procedió a remolcar hasta el Puerto de Ferrol el mercante de bandera holandesa Abis Calais, que se encontraba sin gobierno a unas diez millas al noroeste de Ferrol.